Michel Houellebecq y Gérard Depardieu en Thalasso |
La película comienza con un prólogo referido a El secuestro de Michel Houellebecq (2013), del mismo Nicloux y protagonizada por el escritor. Enseguida, la acción se traslada a Thalazur, un hotel en una playa brumosa y crepuscular donde los clientes se someten a un rígido tratamiento con productos del mar.
La esposa de Houellebecq, Qianyum Lysis Li, le despide en el recibidor, como una madre dejando a su hijo en un internado, solo ante el mundo. Las terapias -con barro, duchas a chorros, dentro de un tubo frío donde el escritor teme que se le congelen los genitales- parecen sesiones de tortura. Houellebecq no puede beber alcool ni fumar. Encuentra un compinche y todo parece más soportable.
El compinche es Depardieu. No se conocían pero a partir de ese encuentro fortuito en la playa, donde han ido a fumar, la complicidad es total. Depardieu le invita a su habitación, donde guarda botellas de vino. Hablan de Dios, de la muerte y la resurreción, de sexo, de obesidad. Son en general reflexiones banales.
Houellebecq se emociona hasta las lágrimas al recordar a su abuela. "Aunque sea una película coja, este simple instante es uno de los más bellos que hayamos visto en el cine desde hace tiempo", ha escrito el crítico de Libération ...
Marc Bassets. París. El País, viernes 23 de agosto de 2019
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