La tesis de la muestra es que ese constructo cultural al que seguimos llamando prehistoria, cúmulo imaginario de realidades distintas y episodios diacrónicos, constituye la matriz conceptual de la que surgirá el arte moderno. La ruptura con el viejo esquema historicista, que llevaba a pensar en un pasado poblado por quimeras gigantes, marca una separación en la psique del artista. El estudiado profundizado de este preámbulo brumoso, que dota al hombre de un origen científico pero sigue sin resolver el misterio de la existencia, funcionará como "un motor de pensamiento" para los impulsores de las vanguardias, en palabras de la comisaria de la muestra parisiense, Cécile Debray, actual directora del Museo de la Orangerie. La exposición eleva a los artistas al rango de "coproductores" de la noción de prehistoria junto a la comunidad científica. Con esa actual temporalidad llega una nueva manera de entender el mundo y la condición humana. El arte y sus representaciones no quedaran al margen de ella...
Álex Vicente. El País, sábado 17 de agosto de 2019
No hay comentarios:
Publicar un comentario