De niña, Charlotte Gainsbourg (Londres, 1971) pensaba que su vida era normal. Que criarse en la casa parisina que compartían Serge Gainsbourg y Jane Birkin, dos iconos en Francia, no tenía nada de extraordinario. "No podría decir si mi infancia fue difícil o no, eso era simplemente lo que estaba acostumbrada a vivir. Entonces no era consciente de la fama de mis padres. Sabía en que consistía su trabajo, conocía todas sus canciones, pero para mí no tenían un aura, no entendía lo que significaban para mucha gente", explica.
|
Fotograma de Buenos principios |
Comienza a hablar en un susurro, arrastrando las palabras, en su inglés afrancesado. Cuenta que la familia ha marcado su vida y su carrera. Famosa desde la cuna, debutó como cantante a los 12 años interpretando el polémico dueto Lemon Incest con su padre; a los 13 hizo su primera película animada por su madre, con quien luego rodó filmes como Kung-Fu Master!, de Agnès Varda; sus tres hijos, Ben (22), Alice (17) y Joe (8), protagonizaron videoclips de su último álbum, Rest (2017), y ahora vuelve a compartir trabajo con el actor y director Yvan Attal, su pareja desde hace 28 años. "Creo que es más difícil trabajar con la familia, pero el placer es más intenso", afirma. En Buenos principios (en los cines desde el 15 de noviembre), Charlotte e Yvan son Cécile y Henri, una ama de casa y un escritor que llevan toda la vida juntos y atraviesan una crisis justo cuando sus cuatro hijos comienzan a irse de casa...
Ana Fernández Abad. Smoda. El País, 19 de noviembre de 2019
No hay comentarios:
Publicar un comentario