viernes, 6 de diciembre de 2019

William Christie en Madrid

William Christie
El Barroco es hoy, dentro de las minorías que moviliza la música clásica, un repertorio mainstream (o casi). En cambio, a mediados del siglo XX estaba recluido en un cubículo de especialistas. Fueron pioneros como Harnoncourt, Gardiner, Jacobs, Leonhardt y Savall los que poco a poco le devolvieron el protagonismo. En ese grupo también hay que incluir, por supuesto, a William Christhie (Búfalo, 1944), que fundó hace exactamente 40 años Les Arts Florissants (LAF), conjunto de referencia en la interpretación historicista. Lo hizo tras escapar de las levas forzosas a propósito del moridero de Vietnam. Se asentó en Francia, concretamente en Thiré, un pueblo de la Vendée, donde plantó un precioso jardín y urdió su revolución barroca. El próximo 15 de diciembre celebrará el aniversario en el Auditorio Nacional con un despliegue de greatest hits de sus amados Händel, Purcell, Rameau, Charpentier...Antes, en su visita a Valencia para escanciar La finta giardiniera de Mozart, charla con El Cultural en un hotel frente al Palau de la Música de su peculiar carrera musical, del concierto madrileño  y de sus planes futuros, entre los que no se encuentran bajarse del podio.

P.- ¿Soñó alguna vez en los comienzos, que LAF cumpliría 40 años siendo uno de los más prestigiosos ensembles de música antigua del mundo?
R.- No. Que íbamos  a tener éxito, sí. Que mis músicos iban a ser apreciados, también. Nacimos con ambición. Pero básicamente lo que he hecho estos años es vivir al día e intentar que nuestro público disfrutara con música de calidad.
P.- Los comienzos fueron duros. Mucha gente no compartía su entusiasmo por el Barroco. Creo que incluso hizo algún que otro enemigo, ¿no?
R.- Cuando llegué a Francia no era un país, digamos, a la vanguardia de la música antigua. Estaba por detrás de Londres o los Países Bajos. La formación de los conservatorios empezaba ya por Mozart, o incluso por Beethoven. Los planes lectivos se centraban sobre todo en el siglo XIX. Todo con técnicas e instrumentos modernos. Eso ya está superado aunque todavía encuentras figuras prominentes como Baremboim que permanecen totalmente de espaldas al Barroco. O las escuelas del Este de Europa. O la Orquesta Nacional de España. Hace 10 años era casi imposible que abordaran un programa barroco. Ahora se esfuerzan por aprenderlo y tocarlo apropiadamente. Y París es hoy sin duda una de las capitales de la música antigua...
Alberto Ojeda. El Cultural, 6-12-2019 

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