Philippe Marttinez. (Eric Gaillard/Reuters) |
La gran manifestación tenía que arrancar a las 13.30 h. desde la plaza de la República. Pero había tanta gente que la cabecera se organizó medio kilómetro más adelante.
Philippe Martinez, líder de la CGT, llegó a su sitio con la pancarta. Atendía por turnos a los medios, que éramos admitidos en el corralito que acota el fornido servicio de orden delante de sus líderes.
Cuando ya tenía que haber arrancado la marcha, Martinez, que ha perdido la tilde de su apellido pero conserva el idioma, responde tres preguntas en castellano:"El Gobierno tiene que decir "Hemos entendido a la calle y paramos el proyecto". Si no lo retiran y amelioran/mejoran el sistema actual, que es uno de los mejores del mundo, el movimiento no se parará". Poco después, el primer ministro le respondía. "Mi determinación, la del Gobierno y la mayoría , es total. Lo digo con calma, es total". Concretó: "Total sobre la creación del régimen universal y sobre la necesidad de hacer prevalecer el equilibrio (financiero) del sistema".
Los sindicatos consiguieron ayer movilizar a cientos de miles de personas. Hubo más de 250 manifestaciones en toda Francia. Reunieron, según el Ministerio del Interior, a 650.000 personas. Según la CGT, a 1,8 millones. Esto es: para la policía, menos gente que el día 5 (806.000) y para el sindicato, más (1,5 millones). Ambas partes arriman el ascua de la cifra a su tesis. Los sindicatos, que pincharon en la segunda convocatoria, lograron hacer una demostración de fuerza. El Gobierno espera que la protesta languidezca. Y que los usuarios, cansados de madrugones y empujones, dejen de respaldar el movimiento y fuercen, al menos una tregua navideña...
Iñaki Gil. París. El Mundo, miércoles 18 de de diciembre de 2019.
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