André breton |
Solo en 1984 su viuda, Elisa, consiguió convencer a los nuevos responsables del Club Français para que transfirieran los derechos del libro a las herederas del autor. La obra vio la luz al fin en 1991, tras más de treinta años de planificación y de trabajo. Es la misma versión, mejorada y ampliada, que ahora rescata Atlanta, en edición profusamente ilustrada y traducción impecable de Mauro Armiño.
Conviene dejar claro a que se refería Breton cuando hablaba de magia: a su juicio, ésta "engloba el conjunto de operaciones humanas cuyo fin es dominar imperiosamente las fuerzas de la naturaleza mediante el recurso a unas prácticas secretas de carácter más o menos irracional".
Lejos de la superstición, de relacionar magia con brujería, o de enfrentarla a la religión, Breton se apoyaba en las reflexiones sobre el tema de Novalis, Freud, Frazer, Levi-Strauss, a partir de una certeza: mientras que en los medios científicos la magia se considera convencionalmente un conjunto de prácticas aberrantes y remotas, "limitadas a grupos étnicos cuyo nivel de consciencia sigue siendo inferior (...) en otras esferas se abre una concepción radicalmente distinta, según la cual todo principio de superación del nivel de consciencia actual reside y sólo podría residir en la magia, en el sentido de ciencia tradicional de los secretos de la naturaleza"...
Nuria Azancot. El Cutural, 25-10-2019
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