La fascinación por algunos estilistas franceses contemporáneos -Annie Ernaux, el Pascal Quignard de Un jour de bonheur y, sobre todo, Pierre Michon- se cuela pronto en la conversación y se siente en un libro que parte de una arriegada apuesta: contar ocho historias en ocho capítulos, cada uno en una sola frase. "El libro surge como en una riada, de manera descontrolada en el verano mágico de 2019, después de leer la ópera verbal que despliega Michon en Rimbaud el hijo y que me dejo descolocado", cuenta de un proceso que interrumpió otro, el de la escritura de la novela que homenajea a su abuela, la mujer que lo crió.
Vivir con el corazón está recorrido por un deseo de permanencia, una obsesión del autor y de un Van Gogh que, desesperado, aumenta de manera frenética su producción en la recta final de su vida, cuando pintó 80 cuadros en 60 días. "El arte es lo único que tenemos contra el olvido. Pero es una tentativa muy frágil, son muchos más los olvidados que los recordados y en el caso de Van Gogh que lo recordemos es casi accidental, gracias en gran parte a Johanna, la mujer de su hermano Theo. La escritura es sólo amor (al idioma y a la gente) y tiempo, que es olvido", comenta...
Juan Carlos Galindo. Madrid. El País, jueves 21 d enero de 2021.
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