miércoles, 27 de enero de 2021

El panadero francés que frenó una deportación

Stéphane Ravacley y Laye Fodé Traoré en su panadería.
 ©   Anne Fauvarque pour Maxpp

La historia del guineano Laye Fodé comenzó como tantas otras de jóvenes migrantes, muchos de ellos menores de edad que se juegan la vida para llegar a Europa en busca de un refugio mejor. Y podría haber acabado tan mal como la de tantos que hacen esa terrible ruta para, si no morir en el intento, ser devueltos a un país de origen. Pero en el destino de Traoré se cruzó Stéphane Ravacley. Este panadero de 50 años de Besançon (este de Francia) contrató al joven inmigrante como aprendiz. A finales de 2020, Traoré recibió una notificación: al haber cumplido 18 años, iba a ser deportado a Ginea-Cronaky. Ravacley no quería perder a su pupilo y emprendió a comienzos de año una huelga de hambre para exigir su regularización. 

Trece días de protesta, un susto de salud, mucha atención mediática y, sobre todo, una amplia movilización de políticos y personalidades de Francia después, lo difícil se hizo realidad. Traoré ya tiene sus documentos, gestionados a velocidad vertiginosa por la misma prefectura del Alto Saona que en un principio se los denegó.

Su historia no es, sin embargo, más que una "victoria excepcional", comenta Ravacley. "Como Laye hay miles y miles en Francia. Así que hay que intentar salvar a los otros; ese es mi futuro combate", anuncia. El viernes el panadero comenzó a comer de nuevo, como forma de preparación para librar esa nueva lucha... El día 3 inició una huelga de hambre y publicó en Internet  una petición para que se regularizase a su aprendiz . Su objetivo era reunir "unas mil firmas". Han sido más de 242.000. El jueves Traoré recibió sus papeles.

Silvia Ayuso. París. El País, martes 19 de enero de 2021.  



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