Simone y Zaza se conocieron a los nueve años y quedaron fascinadas la una por la otra, crecieron siendo inseparables y compartieron amigos, entre ellos Merleau-Ponty, de quien Zaza se enamoró y cuya relación quedó marcada por la oposición de la familia Lacoin y truncada por la muerte súbita de Zaza. En la novela, Merleau-Ponty será Pascal y Sylvie, la narradora, culpará de la muerte de su amiga Andrée a los impedimentos sociales que la señora Gallard ponía a la felicidad de su hija. La madre de Andrée, como la madre de Zaza en la vida real, nunca vieron con buenos ojos a la amiga a la que consideraban demasiado intelectual, demasiado extravagante y poco religiosa, y tampoco soportará a un novio poco convencional. La novela es un retrato de la época, de las vidas limitadas de las jovencitas burguesas, de las jornadas en las casas de campo y de los esforzados inicios universitarios por las más avanzadas...
En el epílogo, Sylvie Le Bon, hija adoptavia y heradera literraria de Beauvoir, afirma que en varias ocasiones y en diferentes libros, Simone "intnetó en vano resucitar a Zaza" y que esta novela corta la escribió en 1954, pero no fue de la satisfacción de Beauvoir, razón por la cual no se publicó. Será en las Memorias de una joven formal (1958), donde, dice Sylvie Le Bon, la escritora "integra la historia de la vida y de la muerte de Zaza". Es importante hacer estas puntualizaciones, porque puesto que en los Cahiers de jeunesse. 1926-1930, publicados también póstumamente en 2008, con edición de Sylvie Le Bon, se repiten las referencias a Zaza, es lógico reconocer que se trata de diversas versiones de la misma experiencia...
Lourdes Ventura. El Cultural, 8-1-2021.
No hay comentarios:
Publicar un comentario