En este sentido, tras su fachada de riguroso drama procesual, Anatomía de una caída esconde una encendida denuncia del sesgo heteropatriarcal que opera en la sala de máquinas de la vida en sociedad. Para desacreditar a la acusada, el insidioso fiscal (ácidamente interpretado por un pletórico Antoine Reinartz) describe con recelo las exigencias extrafamiliares impuestas por la exitosa carrera como escritora de Sandra, así como su pasado bisexual. Pero la cuestión de género (sexual) es solo una de las caras que conforman el poliédrico discurrir de Anatomía ...,un filme que se maneja con soltura en la frontera entre varios géneros cinematográficos, del thriller al drama familiar, pasando por el relato de iniciación. Del lado judicial Triet no esconde su afinidad con el personaje de Sandra -una mujer que ha sabido conciliar la maternidad con su carrera profesional-, pero al mismo tiempo la película se resiste a clarificar los detalles de la muerte del marido, extendiendo un halo de incertidumbre sobre el relato. Así emergerá una relectura cargada de ambigüedad de la figura hitchcockiana del falso culpable, en cuanto que la protagonista se enfrentará con gran impotencia a las codificadas garras del sistema legal. Adoptando un procede caleidoscópico, Triet va pelando con premura las capas que conforman la intricada estructura de Anatomía de una caída. Por momentos, el abismo que se abre entre la frialdad germana de Sandra y el chovinismo francés toma las riendas del relato. En otros pasajes, es el circo mediático que rodea al proceso el que capitaliza el interés de la cineasta, que luego asiste con alarmante incredulidad al modo en que los peritos judiciales presentan como verdades absolutas sus hipótesis de trabajo, centradas en esclarecer el origen de la caída que mató al marido de Sandra, y que da título al filme.
En términos formales, la película presenta una fuerte coherencia entre fondo y forma, en cuanto que Triet, para dar cabida a sus numerosos intereses, emplea una estrategia tan sorprendente como eficaz, consistente en atacar cada situación desde las perspectivas posibles. Esto se hace patente durante el juicio, cuando la cámara deambula alrededor de la jueza y los abogados, llegando a asfixiar a la protagonista, una Sandra Hüller en la piel de una mujer que se resiste a dar más explicaciones de las debidas...
Después de abordar todos sus temas y trazar numerosos desvíos, Anatomía de una caída encuentra en su núcleo una vibrante reflexión sobre las luces y las sombras de la vida familiar...
Manu Yañez. El Cultural 1-12-2023.
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