martes, 12 de diciembre de 2023

Amadeo Modigliani, la figuración dinámica

Una interesante exposición en París vuelve a llevar nuestra atención a la figura de uno de los artistas de mayor relieve en las primeras décadas del siglo XX: Amadeo Modigliani (1884-1920). El eje temático de la muestra se sitúa en la importante relación que Modigliani mantuvo con un artista, y galerista: Paul Guillaume (1891-1934), que resultó decisiva para su proyección en el intenso ambiente artístico de París de aquella época.

Italiano, y de origen judío, Modigliani se instaló en París muy joven, en enero de 1906. Allí irá conociendo a artistas y poetas relevantes y comenzará a presentar exposiciones a partir de 1907. En sus inicios fue pintor, pero tras su encuentro con Constantin Brancusi en 1909 se consagró casi exclusivamente a la escultura hasta 1913. Sin embargo, a continuación, se produjo una ruptura tan repentina como total con la misma y, de 1914 a 1920, realizo cientos de cuadros y un importante número de dibujos, centrados únicamente en la representación de la figura humana.

También en 1914 se produjo la partida para el frente de guerra de quien había sido su primer mecenas, Paul Alexandre, y entonces tuvo lugar su encuentro con un joven marchante de arte, Paul Guillaume, que se convertiría en representante hacia el final de 1915.

La relación entre ambos fue más intensa, compartían un interés profundo por el arte, y en concreto por el arte africano (que tenía una importante presencia entonces en París), así como por la literatura y la poesía. Modigliani realizó toda una serie de retratos pictóricos de su galerista.

Aunque la amistad de Modigliani con Guillaume se mantuvo, el poeta y marchante de arte polaco Léopold Zborowski se convirtió en su representante desde 1916 hasta el final de su vida, y fue él quien le envió a la Costa Azul por la degradación de su salud y para distanciarlo de la policía alemana en París donde fallecería tempranamente en enero de 1920 a causa de una meningitis tuberculosa.

En la exposición se presentan en total 54 obras: 22 pinturas, 8 fotografías, 8 esculturas, algunos dibujos, y numerosos documentos de archivos. Está organizada en cuatro secciones temáticas: 1) La relación entre Modigliani y Guillaume; 2) Máscaras y cabezas (especialmente africanas); 3)El medio parisino (llamando la atención sobre las afinidades entre las artes visuales y la literatura; 4)Periodo meridional (los últimos años en el Sur de Francia). A ello se une una sala en la que se proyecta un vídeo de 4' 30" "Modigliani en los interiores de Paul Guillaume", realizado a partir de fotografías de archivo que recogen las obras  y ambientes del galerista y coleccionista y el papel central que para él tuvo Modigliani.

Con una vida desarraigada, y el sexo y la droga como obsesión, un artista como Modigliani que parecía "fuera de lugar" en los parámetros vanguardistas de comienzos de siglo, al margen de todo "movimiento" y de difícil clasificación, conecta de un modo directo con o que hoy le pedimos al arte. Con la interrogación, a través de la representación visual de la experiencia y los sentidos de la vida humana. Y en esa perspectiva se sitúa el ensimismamiento de sus figuras, la pregunta interior acerca de quienes somos y dónde estamos...

En el Musée de l'Orangerie de París, hasta el 15 de enero.

José Jiménez. El Cultural, 8-12-2023.

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