La expansión sorprende , pues mantiene su sede en Lisboa, pero no es un hecho aislado y se suma a otros nombres de galerías internacionales -la alemana Carlier/ Gebauer, la colombiana La Cometa o la cubana El Apartamento- que también han dado el paso. El mercado español. a nadie se le escapa, no es la más boyante, pero es también una manera de acercarse a los coleccionistas latinos con casa en Madrid y de fichar a nombres españoles.
Cera ya trabajaba con Antonio Ballester Moreno y cuenta con una nómina de autores de amplia trayectoria como Berlinde De Bruyckere, Tobías Rehberger o David Claerbout (Kortijk, Bélgica, 1969), que ha sido el encargado de inaugurar el espacio de la calle Barceló con un vídeo recién salido del horno Birdcage (2023), y una obra anterior, The Close (2022). Los dos, como ya se presupone de Claerbout, son películas de cuidadísima factura en las que se cruza lo real y lo construido (trabaja con imágenes encontradas y con creaciones en 3D ), el movimiento y la quietud, la memoria y la fragmentación en un totum revolutum en el que no es fácil distinguir lo real de lo inventado.
En el primero de los vídeos -sin sonido, aunque se contamine del de la pieza de la planta baja-, el comienzo es pura calma: unas relajantes vistas de los jardines de una bucólica casa de campo en la los insectos vuelan de flor en flor, los nenúfares flotan en el estanque y un sauce llorón se refleja en sus aguas. Pura fachada. Una fuerte explosión y un cambio cromático hace que todo salte por los aires, incluidos dos pajarillos de aspecto casi disecado, en los que quizá el filme se deleite demasiado.
Birdcage, 2023. Foto: Galería Cera
Es más rotunda su película The Close (2022), en la planta baja de la galería, con la que rinde un cierto homenaje al cine mudo, la textura del blanco y negro y la estética de la Street Photography de los años 20. Dos niños se convierten aquí los protagonistas improvisados de una película en la que, intencionadamente, no ocurre nada, pues son fruto de instantáneas si autor. Combina esa imágenes con reconstrucciones en 3D que se deleitan en la figura de un de los chicos e incorpora el sonido, algo que no e habitual en muchos de sus trabajos, una pieza coral del compositor estonio Arvo Pärt acomodada con precisión a las imágenes.
Luisa Espino. El Cultural, 1 de noviembre de 2023.
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