La trama comienza cuando convocan a una treintena de personas (sin relación hasta el momento)con el fin de comunicarles que son herederos de una vieja propiedad en Bretaña, que incluye un caserón, cerrado y deshabitado desde 1994. El ayuntamiento local desea adquirir el amplio solar para construir un gigantesco centro comercial.
Lo primero será viajar allí, entrar en la casa y ver que contiene. Habrá sorpresas, tesoros documentales en forma de fotografías y cartas, incluido un cuadro impresionista que vale un pastizal. Recurriendo al flashback, y aprovechando las ventajas que ofrece la producción digital, veremos cómo una joven aldeana viaja al París finisecular a buscar a su madre e integrarse en la efervescencia artística de la época, la de pintores, fotógrafos e incluso el nacimiento del cinematógrafo, todo recreado con habilidad y elegancia. En el bloque contemporáneo asistimos a la evolución de cuatro personajes, ahora familiares, a los que seguiremos en su peripecia particular mientras se aferran al peritaje de aquella pintura que, al cabo, quizá influya en su decisión. Para intentar saber algo más , convocarán una sesión de espiritismo que los traslade al XIX, pero evitemos espóiler. Película agradable, entretenida y muy francesa en el tono-
Miguel Anxo Fernández. La Voz de Galicia, sábado 15 de noviembre de 2025.

No hay comentarios:
Publicar un comentario