martes, 28 de junio de 2016

Los "beatniks" aúllan en el Pompidou

Equipo viajero del autor de "En el camino".       EFE
El museo parisiense rinde homenaje a la generación literaria estadouniense de los cincuenta con una exposición que constata su influencia en la cultura global. En lugar de acudir a sus clases en la universidad, Jack Kerouac prefirió recorrer Estados Unidos en búsqueda de experiencias más contundentes, en una serie de viajes que inspirarían su gran obra, En el camino. Las suelas de sus deportivas no salieron indemnes. Las descubrimos en un rincón de la muestra que el Centro Pompidou de París dedica a la generación beat y definen el espíritu vagabundo que caracterizó a ese movimiento literario, bohemio en el sentido original del término: así se denominó a los pueblos nómadas que yerran por Europa desde hace seis siglos. Kerouac creía en el merodeo existencial, del que da fe su kit de viaje, que completan una camiseta, un pantalón y una cantimplora en forma de petaca. En el extremo opuesto de la muestra, una cita del escritor da la bienvenida: "Todo me pertenece porque soy pobre". Hasta el 3 de octubre el Pompidou celebra a ese grupo de "hipsters locos e iluminados, que aparecieron de pronto y empezaron a errar por los caminos de América, graves, indiscretos, haciendo dedo, harapientos, beatíficos y hermosos", como dejo escrito Kerouac. La sala central está presidida por tres pantallas que proyectan vídeos amateurs de viajes por carretera en los EE UU de la posguerra dando a entender que su fascinación fue compartida. De fondo se escucha a Thelonius Monk, Dizzy Gillespie y Charlie Parker, que inspiraron los ritmos sincopados de la literatura beat. En una esquina aparecen los collages de William Burroughs y las fotografías de Robert Frank, repletas de desoladores diners y gasolineras que Kerouac definió como "un poema triste derramado en celuloide". En la otra, se narra el relato de City Lights, la librería fundada por Lawrence Ferlinghetti en San Francisco, que hizo historia al publicar Aullido, el poema que Allen Ginsberg dedicó a las mejores mentes de su generación...Esa misma sala está presidida por el manuscrito original de En el camino, un papiro mecanografiado de 36 metros, que pertenece al millonario Jim Irsay, propietario de los Colts de Indianápolis y ferviente secuaz de George w. Bush. Su afiliación política no es trivial. Demuestra el cambio de estatus que ha experimentado el movimiento desde los cuarenta: de aquella peligrosa subcultura a la que Hover tildó de amenaza pública a uno de los principales movimientos culturales del siglo pasado cuya sombra se alarga hasta nuestros días. La generación beat hizo emerger una poética alternativa a la cultura oficial estadouniense....
Alex Vicente. París. El País, jueves 23 de junio de 2016

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