martes, 21 de junio de 2016

Panoramas de la ciudad. La escuela de París

Le Moulin de la Galette. Picasso
La capital francesa, motor de las vanguardias protagoniza una gran exposición en el Museo Guggenheim de Bilbao. Picasso viajó a París, en septiembre de 1900,  con su amigo Carlos Casagemas, a París para visitar la Exposición Universal. El malagueño se deslumbró con las obras de Gauguin, Cézanne, Toulouse-Lautrec, Juan Gris, Derain... Este primer aterrizaje duró tres meses. En mayo de 1901, Picasso regresó a París: en solo siete años se convirtió en uno de los líders vanguardistas, Las señoritas d'Avignon es de 1907. De sus primeros tiempos en París afirmó:"Se ha dicho que en mis inicios en París copiaba a Toulouse-Lautrec y Steinlen. Es posible. Pero nadie ha confundido los cuadros de Toulouse-Lautrec y Steeinlen con los míos.La exposición del Guggenheim se abre con un cuadro de Picasso: Le Moulin de la Galette. El cuadro muestra una noche en el Moulin de la Galette, un molino de viento convertido en sala de baile que se encuentra en el corazón de Montmartre, mítico barrio artístico de París. Pintores, escultores, músicos, poetas, prostitutas y obreros de la capital francesa poblaban las animadas noches de este templo de la escena bohemia. Esta es la primera obra de Pablo Picasso en París. Tenía 19 años cuando pintó el cuadro, una obra con una perspectiva asimétrica que hace surgir caras por todas partes. El lienzo pasó por varias manos antes de ser finalmente donado por Justin K. Thannhaauser a la colección Guggenheim....La escena recuerda las obras de Henri Toulouse-Lautrec, pero en versión más oscura. La parte más iluminada es la de las tres mujeres en la zona frontal izquierda . Ninguna parece prestar atención a su observador, sus miradas no se dirigen hacia el espectador. Una de ellas susurra algún secreto al oído de su amiga, que escucha con mucha atención, mientras la mujer del primer plano parece divertirse sola. Un segundo grupo de personas está ubicado en medio de la pista de baile. Algunas de las parejas sobre la pista están formadas por dos mujeres, situadas justo en el centro de la composición; otras son mixtas. Tres hombres sin pareja observan la escena desde una posición más alta. Sus altos sombreros de copa destacan sobre la multitud. Los colores son intensos y cálidos. El ambiente es tenebroso, iluminado solamente por unas lámparas que emiten una tímida luz amarilla. La obra esta dominada por colores sin mezclar: negro, blanco, verde, azul y sobre todo, rojo. El punto más penetrante es el ropaje rojo de la figura sentada en la mesa....Las pinceladas son rápidas y frenéticas: con muy pocas representa el jarrón y el vaso que está encima de la mesa, iluminada por una luz que se refleja en el mantel. Picasso utiliza trazos espontáneos y largos para recrear un vestido en movimiento y con una sola pincelada casi recta pinta los labios rojos de las mujeres. Algunos rostros, caricaturescos y con contornos poco claros, recuerdan el expresionismo alemán.
Suzanne Mihalic. El Semanal, 17 de abril de 2016

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