domingo, 26 de junio de 2016

Tenía 18 años y se llamaba Annie

Annie Ernaux
Tenía 18 años y se llamaba Annie. Una chica que en agosto de 1958 llega a un campamento de verano en Sées, en el Orne. Es la primera vez que  deja  su casa y la protección de sus padres en el pueblo de Yvetot. Un campamento/une"colo", el mejor lugar para la primera experiencia de libertad. Su cuerpo arde de deseo, su alma quiere vivir una historia de amor y así se entrega a un chico que la toca y luego la rechaza, convirtiéndose en la burla y el desprecio de los demás chicos del campamento. Siente una profunda vergüenza al mismo tiempo que solo vive para él. Una pena y una confusión que arrastrará durante dos años. La lectura de Le deuxième sexe de Simone de Beauvoir le abrirá la primera puerta de salida. Sí, les hablo de la escritora Annie Ernaux, de su último libro, Mémoire de fille / Memoria de una chica. Desde hace más de 40 años, esta escritora se cuenta. En primer lugar tres obras: Les armoires vides, Ce qu'ils disent ou rien, La femme glacée. Luego, a partir de 1984, una serie ininterrumpida de textos autobiográficos, entre ellos: La place, Une femme, Passion simple, La Honte, más recientemente, Les Années. A través de esta serie la escritora siempre busca lograr el valor colectivo del "yo" autobiográfico; hablar de sí para tender al otro un espejo en el que se reconozca, hundirse en su propia vida (infancia, relaciones con su padre y con su madre, su medio social, sus pasiones amorosas etc.) para elaborar de libro en libro "una autobiografía que se confunda con la vida del lector". "Me considero muy poco como un ser único... sino como una suma de experiencias, también de determinaciones, sociales, históricas, sexuales, de lenguajes y continuamente en diálogo con el mundo (pasado y presente)" explica la escritora en L'écriture comme un couteau (Stock, 2003).


"Quise olvidarme  de esta chica. Olvidarme de verdad, es decir dejar de sentir ganas de escribir sobre ella. No pensar más que tengo que escribir sobre ella, su deseo, su locura, su estupidez y su orgullo, su hambre y su sangre agotada. Nunca lo conseguí". No lo había contado todo, un silencio permanecía que sin embargo afloraba en sus diarios y en sus libros: "la chica de S", la chica del 58". Mémoire de fille es el texto que faltaba. No es una añadido a su obra. En ese abismo en el que se sumerge la escritora, en la violencia de esa noche está el origen de la trayectoria de su escritura . Y  estableciendo un diálogo continúo entre esa chica de ayer y la mujer septuagenaria que es hoy trata de aprender lo que está en juego para esta chica, su felicidad y su sufrimiento.  El relato transciende una vez más la experiencia de la escritora. Aunque casi 10 años nos separan, las cosas no eran muy diferentes en mi entorno a mis 18 años. He oído historias parecidas, nunca tan bien contadas y con sea sinceridad admirable que se detecta, sin ninguna complacencia hacia sí misma. Su proyecto de tender un espejo en el que mirarnos no puede estar mejor conseguido. Su lectura es más que recomendable. No solo para las mujeres de su generación y la mía (esos 10 años que nos separan fueron cruciales ya que mayo del 68 marca un cambio fundamental en las relaciones entre chicos y chicas), sino también para nuestras hijas, las mujeres jóvenes de hoy, que han dado el salto a un mundo tan diferente, a veces confusas, sin referentes. Y desde luego también para los hombres puesto que todos han conocido una primera vez ya que no se trata solamente de la primera noche sino de la vergüenza y la humillación, sentimientos que hemos vivido todos.

En cuanto a la brutalidad masculina que se manifiesta en el comportamiento del chico, la protagonista la vive como una sumisión a una ley indiscutible universal que un día u otro habría tenido que sufrir. Las generalizaciones son siempre peligrosas y si bien es cierto que muchos chicos se ajustaban entonces a este modelo, tiendo a pensar que no todos hubieran hecho lo mismo. Y aunque es probable que algunas chicas vivan hoy situaciones más o menos similares el camino hacia la igualdad y el respeto es imparable. Lejos de las afirmaciones sobre la sociedad patriarcal o hetero-patriarcal que hemos oído a algún político en esta campaña electoral, prefiero invitar a formar parte de este texto a  Pierre Assouline que en su blog de Le Monde, La République des livres, titula su entrada del 5 de mayo: Annie Ernaux desencarcela a la chica del 58.  Comienza afirmando que nunca comprendió ese empeño en ver algunos libros como exclusivos para mujeres, o con el término atroz que se usa ahora: libros "genrés"/ "de género". Para los hombres libros de aventura, para ellas de sentimientos. Casi no se atreve a confesar que siempre prefirió a Virginia Wolf  y su Habitación propia frente a Louis Stevenson y La isla del tesoro. No quiere añadir nada más para evitar una polémica chromosomique. Sin duda otros hombres suscribirían sus palabras. Entre ellos los que me han interesado a lo largo de mi vida y los que aún me interesan.

No puedo menos que agradecer a la autora este libro singular. La sinceridad, la sabiduría que transmite con su prosa desnuda, afilada, dibujan ese espejo en el nos miramos los que, como ella, por razones diversas, guardamos en nuestra historia el recuerdo de una primera experiencia amorosa fallida. En las últimas páginas, ahora que todo está dicho, la sentimos feliz:"En definitiva lo que importa no es lo que sucede sino lo que hacemos con lo que nos sucede". Mémoire de fille  sería el relato de una travesía peligrosa que consigue llegar a puerto gracias a la escritura.  Con sus libros les dejo hasta agosto.

Carmen Glez Teixeira


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