sábado, 18 de junio de 2016

Rennes, entramados multicolores

Las torres de la catedral de Rennes
Ídolos celtas y cuadros impresionistas en los museos de la capital de Bretaña, donde los estudiantes universitarios animan las calles con su vitalidad mientras crece el gran polo de empresas tecnológicas. Hay que empezar diciendo que lo que parece más viejo es (o era) lo nuevo. Y que la parte "nueva" de ahora ocupa el ombligo de la antigua capital de los celtas redones. Y es que un incendio que duró seis días, en 1720, arrasó la ciudad intramuros. Se libraron los arrabales, gracias al cortafuegos de las murallas; son las casas de entramado de madera que hoy vemos. El núcleo quemado fue rehecho a cuadrícula, según los cánones dieciochescos. Dos plazas contiguas vertebran esa nueva planta, la plaza del Palacio y la plaza del Ayuntamiento. En la primera, el Parlamento bretón, convertido en palacio de justicia, sufrió otro incendio en los disturbios estudiantiles de 1994, pero ya está restaurado; se pueden visitar algunas salas nobles. En la otra plaza real, la fachada curva del Ayuntamiento se opone a la de la Ópera. Las torres de la catedral y de San Salvador nos guían hacia otro paisaje urbano. Un híbrido entre casas medievales y hôtels o palacios clasicistas como el Hôtel de Blossac, residencia de los gobernadores de Bretaña. La oficina de turismo se aloja en la capilla gótica de Saint-Yves. La catedral está separada apenas unos metros de las llamadas Portes Mordelaises por donde se dirigían los Duques Bretaña a la catedral a  jurar los fueros bretones. Las manzanas recuperadas tras la hecatombe de 1720 están llenas de tiendas elegantes. Enseguida están los muelles del río Vilaine, eje presidido por el Palacio del Comercio; tras muchas dudas, decidieron convertirlo en sede de Correos. Avanzando por el Quai Zola encontraremos el Museo de Bellas Artes. Renovado con una colección de pintura que incluye algunos maestros antiguos, pero sobre todo modernos (impresionistas, picassos) y algunos tapices modernistas del Parlamento incendiado...Si es sábado estará montado un mercado tentador en la place des Lices, en torno y dentro de unos pabellones metálicos de 1869, copiados en su diseño de los nuevos Halles o mercado cubierto (éste, diario) al otro lado del río. En la place de la République, a medio camino entre ambos mercados, la Brasserie de la Paix es un clásico para almorzar. Tras el almuerzo, no vendrá mal un paseo por el jardín Thabor, queda cerca y ocupa los terrenos de una antigua abadía convertidos en jardines a la francesa.... Nos queda un polo importante por descubrir:Les Champs Libres: una inmensa explanada (De Gaulle), una gran sala de espectáculos La Liberté, un conjunto de multicines  y varios edificios de vanguardia; entre ellos el complejo que engloba el nuevo Museo de Bretaña, el Espace de Sciences y el Planetario. El Museo de Bretaña es un lugar imprescindible de la ciudad, un catálogo razonado del país bretón....
Carlos Pascual. El Viajero. El País, viernes 10 de junio de 2016

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