E. Macron, presidente de la República francesa. (Ch. Hartmann. Reuters) |
Empecemos pues por la pareja atípica que forman Emmanuel Macron y Brigitte Trogneux. La diferencia de edad, ella 24 años mayor que él, que supuso un escándalo cuando se encontraron en Amiens. Eran entonces alumno y profesora. La familia de él se opuso frontalmente enviándolo a París para continuar sus estudios. Encuentros similares son más frecuentes de lo que creemos, casi todos sin futuro, o bien por falta de valentía o porque la relación no va más allá de un amour fou pasajero. Para ellos el rechazo y la oposición los consolidaron como pareja. El mismo Macron reconoce que fue obstinado "para combatir contra las circunstancias, para oponerse al orden de las cosas" , que ambos tuvieron "coraje, determinación, paciencia". ¿Cómo no sentir admiración, simpatía por una familia tan poco convencional como la que forman? "Hijos y nietos de corazón. De esos que usted no tiene ", le contestaba Macron a Jean-Marie Le Pen cuando éste le recriminó que alguien que no tiene hijos propios no puede hacerse cargo de un país. Pero no solo las mujeres reconocemos cuánto significa una pareja así en el camino de la igualdad. En una reciente cena con mis colegas de instituto me sorprendió escuchar elogiosos comentarios hacia ellos por parte de algunos compañeros masculinos. Hace casi cincuenta años Mourir d'aimer/ Morir de amor, (André Cayatte, 1971) una película que sacudió a Francia, relataba una historia de amor entre un alumno y una profesora que fue llevada a los tribunales, condenada, que decidió terminar con su vida incapaz de soportar la crueldad y la incomprensión con se juzgó su amor.
Su historia de amor, "Yo soy yo porque soy ella", suele decir E. Macron, es pues su mejor carta de presentación y hace que su personalidad resulte tan atractiva. L'OBS, (11-17-5-17), ha dedicado un número especial al nuevo presidente. Julien Martin firma "Les secrets de la méthode Macron" en el que lo define como ese hombre que nunca quiso hacer lo mismo que los demás pues en todas las etapas de su vida siempre mostró el gusto por la transgresión: en su relación con Brigitte, tanto como filósofo al lado de Paul Ricoeur, tanto como banquero junto a Rothschild, o en su paso por el ministerio de Economía. El articulista cree que son tres los rasgos que definen su personalidad: La prudencia, madre de todas las virtudes. Siempre avanzando paso a paso, de forma metódica, planteándose las cuestiones una a una. "Las decisiones hay que madurarlas, reflexionar sobre ellas, someterlas a duda, construirlas. La fuerza del solitario. Cuando Macron decide lanzar su proyecto solo un puñado de colaboradores, los que componían el corazón del reactor lo saben. Teme las filtraciones, desconfía de los periodistas. Se le preparan las opciones pero siempre decide solo. Se quiere por encima de las contingencias. Dice con frecuencia que tiene más bien una "voluntad" que un "destino" porque el destino "no lo decidimos solos". El arte de la seducción. "Sería capaz de seducir a una farola". Si la política es el arte de la seducción, Macron es un artista consagrado. Se le compara a Kennedy y también a Obama. A partir de ahora presidente la República deberá aprender a tener también enemigos.
Hace unos días hablé con una de mis amigas de Burdeos, M.l., ella misma y su familia hispanistas, situados hasta ahora en la izquierda. Se deshizo en elogios a Macron al que definió como el prototipo del héroe romántico a la manera de Victor Hugo y de Vigny, para ejemplo la puesta en escena la noche del triunfo de la primera vuelta. Un personaje literario que habla abiertamente de su pasión por la literatura señalando como libro favorito Las flores del mal, "un breviario del mundo y del alma", según él.
Los españoles afrancesados que siempre admiramos a Francia también ponemos nuestra esperanza en lo que representa Macron. La comparación entre su nueva política, en los primeros pasos que ya ha dado y la que sufrimos aquí, tanto en el fondo como en las formas, no se sostiene. Confiemos en que no nos defraudará.
Carmen Glez.Teixeira
Su historia de amor, "Yo soy yo porque soy ella", suele decir E. Macron, es pues su mejor carta de presentación y hace que su personalidad resulte tan atractiva. L'OBS, (11-17-5-17), ha dedicado un número especial al nuevo presidente. Julien Martin firma "Les secrets de la méthode Macron" en el que lo define como ese hombre que nunca quiso hacer lo mismo que los demás pues en todas las etapas de su vida siempre mostró el gusto por la transgresión: en su relación con Brigitte, tanto como filósofo al lado de Paul Ricoeur, tanto como banquero junto a Rothschild, o en su paso por el ministerio de Economía. El articulista cree que son tres los rasgos que definen su personalidad: La prudencia, madre de todas las virtudes. Siempre avanzando paso a paso, de forma metódica, planteándose las cuestiones una a una. "Las decisiones hay que madurarlas, reflexionar sobre ellas, someterlas a duda, construirlas. La fuerza del solitario. Cuando Macron decide lanzar su proyecto solo un puñado de colaboradores, los que componían el corazón del reactor lo saben. Teme las filtraciones, desconfía de los periodistas. Se le preparan las opciones pero siempre decide solo. Se quiere por encima de las contingencias. Dice con frecuencia que tiene más bien una "voluntad" que un "destino" porque el destino "no lo decidimos solos". El arte de la seducción. "Sería capaz de seducir a una farola". Si la política es el arte de la seducción, Macron es un artista consagrado. Se le compara a Kennedy y también a Obama. A partir de ahora presidente la República deberá aprender a tener también enemigos.
Hace unos días hablé con una de mis amigas de Burdeos, M.l., ella misma y su familia hispanistas, situados hasta ahora en la izquierda. Se deshizo en elogios a Macron al que definió como el prototipo del héroe romántico a la manera de Victor Hugo y de Vigny, para ejemplo la puesta en escena la noche del triunfo de la primera vuelta. Un personaje literario que habla abiertamente de su pasión por la literatura señalando como libro favorito Las flores del mal, "un breviario del mundo y del alma", según él.
Los españoles afrancesados que siempre admiramos a Francia también ponemos nuestra esperanza en lo que representa Macron. La comparación entre su nueva política, en los primeros pasos que ya ha dado y la que sufrimos aquí, tanto en el fondo como en las formas, no se sostiene. Confiemos en que no nos defraudará.
Carmen Glez.Teixeira
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