viernes, 19 de mayo de 2017

Proust suena a música

Tres conciertos explicarán El tiempo perdido en forma de melodía. Si Alejo Carpentier llevaba un músico dentro y Paul Klee era un consumado violinista, Marcel Proust no tocaba instrumento alguno y su formación no permite señalarlo más que como un melómano refinado. Sin embargo, En busca del tiempo perdido es en sí mismo una gigantesca construcción musical para quien conoce la lengua francesa o lo ha leído en buenas traducciones. La Fundación Juan March inicia este miércoles un nuevo ciclo dedicado al universo musical de diversos escritores que, como los citados Carpentier o Klee -además de Mann, Brecht y, ahora,  Proust- acusaron la influencia de la más temporal de las artes sin tenerla como oficio. En Busca... no solo es música sino que está atravesada de parte a parte de música, menciones a compositores, comparaciones y pasajes sobre al misma cuestión como la descripción recurrente de la famosa Sonata del imaginario Vinteuil, que funciona como memoria revivida, del mismo modo que la aún más célebre magdalena de Proust. Hay quien ha visto en el ciclo de novelas una estructura musical subyacente; sin ir tan lejos resulta obvia la utilización por parte del novelista de recursos musicales como el leitmotiv, tomado de su admirado Wagner al igual que su concepción monumental del arte... El primero de los tres conciertos de la March tendrá por protagonista a Wagner y varios fragmentos de sus óperas -en transcripción de Liszt - interpretadas al piano por Francesco Libetta, con el añadido de La Valse de Ravel. Y junto a la música, la palabra de Proust declamada por el actor Emilio Gutiérrez Caba según la traducción de Mauro Armiño para la editorial Valdemar...
P. Unamuno. El Mundo, lunes 15 de mayo de 2017

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