"Busco formas de reinventar la realidad". Desde Cleo de 5 a7 (1962) a Los espigadores y la espigadora (2000) pasando por cada una de sus fotografías, instalaciones, documentales o simplemente ideas, Agnès Varda (Bruselas, 1928) no cabe ninguna definición, palabra o biografía. La abuela de la Nouvelle Vague es también la madre de todas las revoluciones, las íntimas, las posibles y las otras. En San Sebastián viene a recoger su Premio Donostia y, de paso, presentar Caras y lugares, no tanto un documental, que también como un milagro. Los directores, ella y el artista JR llegan a los pueblos de una Francia hundida en el silencio y allí fotografían a sus habitantes. Acto seguido, amplían los retratos y los extienden sobre las fachadas de los edificios. O sobre los trenes. Lo que habitualmente no se ve, lo recluido en el interior de su propia cotidianidad, pasa de repente a ser lo único visible. Voilà. Varda. "La verdad es que es algo ridículo recibir tantos premios porque no tengo dinero para hacer mis películas. Hay un desequilibrio entre mi vitrina de trofeos y el rendimiento económico. Los premios son bolas o animales. Tengo leopardos, osos, perros, un león... Incluso recibí un premio que era un poquito de tierra de todos los países de Europa. Muy bonito pero inútil"... De nuevo en esta película, Caras y lugares se esfuerza en dar voz a los que no la tienen. "Es lo que siempre he hecho. Nunca he rodado historias burguesas, nunca me he fijado en las vidas de los ricos...He preferido dedicarme a retratar a estibadores, a vagabundos, a la gente que no tiene poder. Es eso lo que me interesa. Desde el principio siempre quise hacer un cine radical. He tratado de decir a las mujeres:"Salid de las cocinas y de las casas, haceos con las herramientas para hacer películas".Mis películas son una escuela de modestia; siempre estoy al servicio de las personas a las que filmo"..... "Mi preocupación es encontrar formas divertidas de volver a inventar lo real. Eso es todo. No quiero estar encasillada, pero me encasillan. Dicen que soy un poco gran cineasta, que soy un poco gran fotógrafa....Siempre insisten en el solo un poco. Digamos que tenido tres grandes vidas, aunque la más oficial es la del cine"... Luis Martínez. San Sebastián. El Mundo, lunes 26 de septiembre
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