domingo, 12 de noviembre de 2017

Cuando el amor se expresaba de forma epistolar

María Casares y Albert Camus.  Acuarela de José
 Antonio Viveros sobre una foto del archivo.
 De nuevo  L'OBS que me esperaba el jueves en el kiosco me ofrece un hilo en forma de libro, para engarzar estas líneas que escribo hoy: "Nous vivrons et mourrons ensemble". Conocíamos l'amour fou que unió a Albert Camus y a María Casares pero no su correspondencia ardiente. Por fin se publica. Extractos exclusivos. Jeròme Garcin (L'OBS, du 2 au 8 novembre 2017). El libro, con la correspondencia, de 1944 a 1959, firmada por los dos, está disponible en las librerías francesas desde el 9 de noviembre. La literatura francesa cuenta con numerosas muestras de este género epistolar: Las cartas de Gustave Flaubert a Louise Colet, de Jean Paul Sartre a Simone de Beauvoir, de Balzac a la Condesa Éveline Hanska, de Victor Hugo  a su mujer Adèle Foucher. A ellas vienen a añadirse ahora estas 865 cartas incandescentes, 1.312 páginas que se escribieron esa pareja de leyenda formada por el escritor y la actriz, entre 1944 el año de su primer encuentro y 1959, la última, firmada por Camus, con fecha de 30 de diciembre de 1959, cuatro días antes de su muerte en Villeblevin. Tuvieron la suerte de amarse cuando el amor se expresaba de ese modo, algo impensable hoy; solo los que conocimos la emoción de escribir o de abrir una carta a corazón abierto valoraremos ese tesoro que nos ofrece este nuevo libro.

Siempre me interesé por los dos. Camus formaba parte del programa de mis estudios de literatura francesa, lo conocí antes que a María Casares. Aunque mi verdadero  encuentro con Camus se produjo muchos años después, con la lectura de  El primer Hombre, en 1996, que me llevó a su biografía, Une Vie, de Olivier Todd, también de 1996, leída unos años después. Sin embargo, Résidente Privilégiée/ Residente privilegiada publicada en español en 1981 por Argos Vergara  y escrita por la propia María Casares había llegado antes a mis manos. Me la había regalado mi marido tan pronto como se publicó. Su tesis doctoral sobre El Estatuto de Autonomía de Galicia del 36 le hizo conocer bien esa época de la infancia de María, hija de Casares Quiroga, ministro  en la Segunda República y Presidente del Gobierno entre el 13 de mayo y el 18 de julio, cuando se produce el levantamiento militar. Poco tiempo después parten los dos, padre e hija, al exilio. El libro de María me encantó. Estuvo un tiempo perdido y ahora forma parte de la pequeña biblioteca de mi hija que lo tiene como uno de sus libros de cabecera. Hoy dispongo de otro en francés, que me envió mi amiga C. desde el Limousin con la  que tengo una visita pendiente a la casa de M. Casares, La Vergne, en Charente. En esa edición francesa  he vuelto a leer unas páginas esta tarde en las que María nos cuenta cómo se produjo el primer encuentro, en 1944. Primero, un libro, Le malentendu y la propuesta de interpretar el papel de Marthe. "Lo leí. Me gustó. Busqué el nombre del autor. Albert. Camus. No había nunca oído hablar de él; y sin embargo,  el texto me era íntimamente familiar... "


Olivier Todd dedica un capítulo de su biografía (1144 pg, en la edición de Folio, Gallimard,1996), L'Unique, el segundo encuentro el 18 de junio de 1948, después de una ruptura de cuatro años, que durará hasta la muerte de Camus. En este segundo encuentro él le habla de Francine, su mujer por la que siente una gran estima, una amistad profunda al mismo tiempo que una pasión ardiente por ella, María. Su mujer es consciente de esa dualidad y tiene la generosidad de aceptarlo, o casi. "L'Unique" es el sobrenombre, tomado de Wagner que Camus dará a María:"El amor de orgullo tiene su grandeza pero no tiene la certeza conmovedora del amor-don", sobre su relación con María.

De la selección de Jerôme Garcin de fragmentos de estas cartas que acaban de publicarse, he escogido estas líneas sobre ese gran desafío que encierran las relaciones amorosas: "Deux êtres qui s'aiment ont à conquérir leur amour, à construire leur vie et leur sentiment, et cela non seulement contre les circonstances mais aussi contre toutes ces choses en eux qui limitent, mutilent, gênent ou pèsent sur eux. Un amour, María, ça ne se conquiert pas sur le monde mais sur soi-même"/ "Dos seres que se aman tienen que conquistar su amor, construir su vida y su sentimiento, y no solamente contra las circunstancias sino contra todas las cosas que tenemos en nosotros mismos que nos limitan, nos mutilan, nos molestan o  nos pesan. Un amor, María, se conquista no ante el mundo, sino ante uno mismo". (Albert Camus à María Casarès. 21 juillet 1944)

Carmen Glez Teixeira

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