miércoles, 29 de noviembre de 2017

Francia frente al Independentismo de ultramar

Centro cultural Tjibaou en Nouméa, Nueva Caledonia.
Con la mirada puesta en Cataluña, Francia aborda estos días sus asuntos territoriales más delicados con prudencia. El pasado jueves, el Elíseo firmó un "acuerdo político" con Nueva Caledonia que da luz verde a un referendo de independencia de aquí a un año. El archipiélago del sudeste pacífico, a 16.740 kilómetros de Europa, lleva bajo dominio galo desde 1853. Asimismo en los próximos 3 y 10 de diciembre, Córcega celebrará elecciones territoriales para decidir quién liderará la región a partir de enero, fecha en la que los departamentos de Alta Córcega y Córcega del sur se unificarán. En el 2015 ganó la coalición nacionalista formada por los partidos Femu a Corsica y Corsica Libera, este último con ambiciones independentistas. Pese al empuje secesionista en Cataluña,  el gobierno de Emmanuel Macron insiste en que las situaciones son distintas. Es el caso de Nueva Caledonia, de una superficie de 18.575 kilómetros y poco más de 250.000 habitantes, el ejecutivo defiende que se trata de un contexto de descolonización, con un proceso consensual que culminó con el acuerdo firmado por ambas partes recientemente. Además la organización de la consulta contará con el acompañamiento de la Naciones Unidas para controlar el censo electoral y asegurar una observación internacional de los comicios. "Es un punto de partida para una consulta que queremos que sea fiel e incontestable", dijo el primer ministro Édouard Philippe a la salida de la reunión. El referendo supondrá el punto álgido de un proceso que se inició en 1988 con los acuerdos de Matignon, los cuales pusieron fin a las violencias entre independentistas y anti independentistas con la determinación de una consulta en 1998. Diez años más tarde, los acuerdos de Nouméa (capital del archipiélago), retrasaron el traspaso de poderes desde París a Nueva Caledonia en un período de tiempo que iba del 2014 al 2018. Tras las últimas negociaciones, Philippe insistió en un "destino común" y no descartó la creación de un Estado asociado similar al de Nueva Zelanda. En cuanto a Córcega, Gilles Simeoni, líder nacionalista y copresidente  de la Asamblea corsa con el independentista Jean-Guy Talamoni, destacó un "contrato político claro", en el cual "la independencia no está en el orden del día". Pero Talamoni, que reconoció la independencia de Cataluña, precisó que no lo estará, tan solo  "en los próximos diez años". 
Alexandra F, Coego. París/Corresponsal. La voz de Galicia, sábado, 4 de noviembre del 2017.

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