Veinte años atrás el mundo todavía era un lugar donde una llamada de Marella Agnelli podía arreglarte la vida. Ocurrió poco después de que los fundadores de Studio KO comenzaran a trabajar en Marruecos. Aunque hacía solo dos años que Karl Fournier (Saint-Rafaël, Francia, 51 años) y Olivier Marty (París, 46 años) se habían graduado en l'École de Beaux Arts de París, un encuentro casual en el aeropuerto con Pascale Mussard les había llevado a abrir en Marrakech una segunda oficina de su estudio de arquitectura, inaugurado en París en el año 2000. Fournier y Marty le habían hablado a la ex directora creativa de Hermès de su deseo de establecerse allí como arquitectos y solo unas semanas después ella les había puesto en contacto con uno de sus tíos, Patrick Guerrand-Hermès, tataranieto del creador de la firma, para que diseñaran los interiores de dos casas suyas en Larache y Asilah. Fournier y Marty no lo sabían , pero acababan de lanzar una bengala roja en ese ateneo al que la mujer del heredero de Fiat y cisne de Truman Capote pertenecía: el club de los entusiastas de los jardines.
"Un día Marella vino a Marrakech y se puso en contacto con nosotros a través de un cliente. No conocía la ciudad y quería pedirnos que fuésemos sus guías. En la comida, nos dijo que tenía muchas ganas de visitar el jardín de Aín Kassimou, la villa de Patrick Guerrand-Hermès en el palmeral de Marrakech. En realidad, lo que quería era comprársela. Sabía que él era cliente nuestro y se había enterado de que pensaba venderla, así que nos convertimos en sus intermediarios", cuenta Fournier-
"Primero, Mariella alquiló la casa durante un año. Cuando por fin decidió comprarla nos pidió que la reformáramos, pero como pensó que éramos muy jóvenes nos puso a una supervisora: Gae Aulenti ( la célebre arquitecta y diseñadora que creó el Musée d'Orsay)", continúa Olivier Marty. "¡Fue una pesadilla! Gae era durísima, pero con ella aprendimos más que durante los seis años de carrera. La escala, por ejemplo. Del interiorismo de la villa se encargó Alberto Pinto, autor de la antigua y opulenta decoración del hotel La Mamounia y favorito de la realeza árabe...
Los trabajos que realizaron con Pinto para los jeques árabes forman un portafolio invisible -por confidencialidad - que se contraponen a las obras más conocidas del Studio KO. Aunque en proyectos de interiorismo como el que realizaron en el Café de la Poste -hoy el más popular de Marrakech- es posible encontrar la huella que les dejó el decorador, Fournier y Marty rehúyen en su obra arquitectónica lo exótico o lo pintoresco para decantarse por una visión en clave contemporánea de la arquitectura tradicional de los lugares en los que levantaron villas, algo que consiguen tras un cuidado estudio de los materiales y técnicas de construcción locales. Em Marruecos han encontrado en la arquitectura tradicional beréber una piedra en la que afilar su minimalismo y una razón para construir con pisé (tapial) y usar materiales como el barro y la arcilla, lo que les permite integrar el paisaje en la arquitectura...
Diego Parrado. Desing. El País, sábado 28 de mayo de 2022
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