Ruben Östlund y su equipo. (AA Photo)
Como hace cinco años, cuando ganó la Palma de Oro por su caricatura del mundo del arte contemporáneo en The Square, Östlund volvió a romper Cannes. Su cine se tacha de brocha gorda, de zafio, de indigno para un festival así. Triangle of Sadness es más redonda que The Square y en su capítulo central, que ocurre en un crucero de lujo, despliega algunos de los momentos más divertidos del cine reciente. El desparrame antitodo de Östlund convenció al jurado pero dividió a la crítica, que o la aborrecía o se entregaba a su burla desenfrenada del lujo, la moda o la corrección política, las guerras culturales y la lucha de clases. Una sociedad caótica, desnortada y sin filtro que nos recuerda el naufragio hacia el que nos dirigimos.
El premio especial del jurado lo compartieron una veterana cineasta, Claire Denis y un recién llegado, el belga Lukas Dohnt. Stars at Noon es thriller erótico con momentos muy sensuales y bonitos, pero se queda pequeña al lado del filme de Dohnt, una película construida desde la memoria y el dolor de un niño que ante los miedos y presiones sociales de su frágil tránsito a la adolescencia traiciona a su mejor amigo y a sí mismo. Close es una poética coreografía de gestos y miradas alrededor del duelo y de la culpa, una tragedia, insondable en medio del esplendor de un infinito campo de flores. Los mejores recuerdos de la infancia destruidos por el lado oscuro de la inocencia.
Un filme que el azar ha querido que esté conectado por el cordón umbilical con los hermanos Jean-Pierre y Luc Dardenne, que recibieron el premio especial por el 75º aniversario del festival por su tristísima Tori y Lokita, un filme rotundo y feroz contra la Europa de los niños sin papeles...
Elsa Fernández Santos. Cannes. El País, domingo 29 de mayo de 2022.
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