Concepción Nogueira Lens. Foto: Xoan A. Soler |
Lo hizo en una casa que su padre compró a un ciudadano alemán que, cansado de las inundaciones en el pueblo, decidió venderla. El padre la dividió para los hijos según se iban casando. Concepción quedó viuda al año y medio de casar y con un bebé de seis meses. Cuando su padre se fue a vivir con ella, decidió abrir la pensión y alojar a personas que le enviaban los hoteles. "De aquella era una pensión pequeña; hoy tiene diez habitaciones", cuenta. Tras la jubilación de Concepción, su nuera, Mará del Carmen Fernández, tomó el relevo.
"Cuando empecé solo aceptaba gente de confianza", afirma la hostelera jubilada. Hoy los peregrinos son los grandes clientes. "Nos dieron la vida; hay muchos y para todo el mundo", añade Concepción Nogueira, quien confiesa que "siempre fui muy esclava porque siempre tuve a la gente muy bien atendida".
Con respecto a la distinción que le otorgan, asegura que "quedé muy sorprendida, pero supongo que me la dan porque trabajé muy duramente y ya de jovencita".
Uxía López. La Voz de Galicia , domingo 24 de mayo de 2022.
No hay comentarios:
Publicar un comentario