Lisa-Kaindé y Naomi |
Tras dos discos muy marcados por la tradición cubana, cambian ligeramente de sonido, en dirección a esos ritmos urbanos que han invadido el planeta, en un giro que apuntalan sus colaboraciones con cantantes como Jorja Smith, diosa del soul de la última hornada, o Pa Saleu, rey del drill londinense. En la producción se encuentra Richard Russell, jefe de su sello, XL Recordings, y su primer valedor en la música, al que debemos descubrimientos como M.I.A. o Dizzee Rascal. La espiritualidad de raíz yoruba sigue presente, pero con menos protagonismo. ¿La querían dejar de lado? "De ninguna manera", responden al unísono. "Aunque aspirásemos a eso nunca lo lograríamos del todo. Seguimos cantando por nuestro padre, que murió cuando teníamos 11 años. Por nuestra hermana Yanira que también falleció. Seguimos cantando por nuestros ancestros". Hablan de un cambio de método. Antes era Lisa-Kaindé la que empezaba escribiendo sus letras, a las que Naomi ponía música. Esta vez fue al revés: todo empezó con los ritmos de la segunda, a los que su hermana se amoldó hasta el punto de cederle su plaza de vocalista titular...
El disco fue compuesto y grabado entre Londres y París en sucesivos confinamientos. "Después de un periodo tan complicado, nuestra voluntad ha sido hacer música capaz de curar", dicen. Su medicina son las lágrimas, como reza el título de uno de los cortes del álbum. "Tenemos amigos que nos dicen que no han llorado desde hace años. A nosotras, llorar nos parece tan imprescindible como respirar".
Álex Vicente. El País Semanal, 30 de mayo de 2022.
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