Abadía e Finchale, comienzo del Camino Inglés. |
El ingeniero británico Neil Daves no vive en Galicia, ni siquiera en España, pero el Camino Inglés pasa junto a su casa de Darlington, al noroeste de Inglaterra. Por allí se extiende la etapa de 35 kilómetros entre el priorato de Finchale y la ciudad Gainford que forma parte, dentro del Reino Unido, de la ruta que históricamente usaban los peregrinos para llegar a Santiago de Compostela. Este camino en tierras británicas, de nuevo cuño, va recuperando e incorporando tramos a medida que Friends of Finchale Camino Inglés (Amigos del Camino Ingles de Finchale), nacida en 2014, rescata el recorrido original.
Por eso, Dawes se animó a comenzar su peregrinación desde allí -cuyo itinerario cuenta para obtener la Compostela, el documento acreditativo oficial- y tras el trayecto inglés, tomó un avión para continuar por Galicia, en su caso, desde Ferrol. Dawes asegura que el clima y los paisajes gallegos le han hecho sentirse como en casa pero su comida y sus gentes le han ofrecido una experiencia nueva que ahora revive a través de lo que captó con sus sentidos.
Decía el escritor Gonzalo Torrente Ballester que Ferrol era una ciudad lógica en un entorno mágico que es Galicia. Un punto de partida ilustrado que ha sido cuna y hogar de grandes pensadores, políticos, escritores, ingenieros, además de algún otro deportista y germen de un proyecto prometedor que acabó en truculenta tragedia. Una forma de ver la ciudad con otros ojos...
Betanzos, final de la segunda etapa del Camino desde Ferrol, transporta al caminante a la Edad Media. En esta ciudad gallega, conocida como la capital del gótico en Galicia, destacan los rosetones y las puntas de las torres de sus tres iglesias góticas, la de Sant María do Azogue, la de Santiago y la de San Francisco -donde aún se pueden ver sepulcros medievales de las familias de linaje noble, así como los arcos ojivales de las tres puertas de las antigua muralla. Pero muchas de sus fachadas también transpiran un sabor modernista, como la brillante fuente de Diana Cazadora de la plaza Irmáns García Naveira o la colorida y detallista portada de Casa Núñez, hoy centro Internacional de la Estampa Contemporánea.
A Coruña conecta con el pasado a través del Camino Inglés y con el futuro con sus museos. La ciudad cuenta con cuatro espacios en los que los niños y adultos se adentran a través de la vista, el tacto y el oído y, sobre todo, con la imaginación en el inestimable patrimonio científico, tecnológico y social de la humanidad y en la riqueza natural que guardan sus aguas...
Una sensación de libertad batida por el viento es lo que se experimenta desde lo alto de la torre de Hércules, un símbolo de A Coruña y de la cultura occidental. A un lado, el incalculable Atlántico abierto; al otro, la urbe blanca y la ría plateada. Este ingenio de la arquitectura ya estaba allí cuando Galicia era Gallaecia y, pese a que existan vestigios de otros en el norte de África este es el faro romano en pie más antiguo del mundo que, además, sigue cumpliendo su función de guía tras más de 2.000 años.
Cualquier peregrino, pero especialmente los que viajan en familia, tienen la oportunidad de desviarse ligeramente del Camino a la altura del municipio de Miño para adentrarse en un trayecto alternativo: la Senda dos Sentidos, un recorrido peatonal de poco más de un kilómetro en la ría de Betanzos, junto a la desembocadura del río Lambre, y en la ría de Betanzos que despierta los cinco sentidos y la creatividad, especialmente de los más pequeños. Algunos de ellos aseguran haber avistado, entre sus zarzas, duendes y hadas, y barcos piratas surcando la ría...
Javier A. Fernández y Micaela Llorens.el país.com. Xacobeo 21-22.
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