Olga cobra hoy tras la invasión de Ucrania por el ejército ruso, una nueva dimensión, pues, como decía, hace casi noventa años, el gran documentalista John Grierson -uno de los precursores de lo que luego sería el cine realista británico, un estilo que ejerce no poca influencia en el tono de este filme-: "El cine social trascenderá el tiempo y nos ayudará a comprender mejor nuestra historia".
Además Olga es una hermosa cinta sobre la dificultad de crecer, un filme que examina los dolorosos trastornos de la mutación de hacerse mayor. Y el honrado y comprometido discurso de la película da el salto sin redes, apoyado en la maravillosa presencia de la atleta Anastasia Budiashkina que debuta como actriz -todas las jóvenes intérpretes del filme son también gimnastas- exhibiendo una frescura y franqueza conmovedoras. De Olga agradecemos su autenticidad, su limpieza estética y narrativa, que homenajea, sin tapujos y maquillajes, la belleza de lo cotidiano.
Eduardo Galán Blanco. La Voz de Galicia, vienes 16 de septiembre de 2022.
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