Timothée Chalamet (Getty Images)
El propio certamen, en realidad, dejó a los cinéfilos con hambre de más calidad. Bones and All, basado en la novela homónima de Camille DeAngelis, sigue el periplo de una joven marginada (Taylor Russell) en busca de respuestas a sus extrañas pulsiones. Y Athena, la película de Romain Gravas, se centra en otros parias sociales: narra la revuelta en una banlieue. Ambas comparten una intención: iluminar a los que están fuera de los focos. Aunque también les une un defecto: bella realización, marco precioso. Pero ¿y el contenido? Justo lo contrario de A Couple, tercer filme en competición: el eterno Frederick Wiseman, a sus 92 años, propone su primera obra de ficción tras más de 60 documentales. El texto -inspirado en la correspondencia entre Sofía Bers y su esposo, el escritor Lev Tolstoi- seduce, pero se ve traicionado por el formato: un monólogo donde casi solo varía el fondo natural ante el que la actriz principal, Nathalie Boutefeu, declama sus frases.
"Siento amor familiar y amical, también por Taylor, por Luca Guadagnino. Para el otro amor aún soy muy joven", sonrió Chalamet para liberarse de una de las primeras preguntas de la prensa. Más abajo, entre los seguidores, la respuesta habría probablemente despertado una ovación de esperanza. Aunque luego el actor también lanzó un mensaje más sombrio, hablando de la marca de juicios que disparan las redes sociales: "Es difícil vivir hoy. El derrumbe de la sociedad está en el aire", sentenció...
Tommaso Koch, Venecia. El País, sábado 3 de septiembre de 2022.
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