La anécdota sirve para explicar la fórmula musical de un artista que saltó a la fama en 2009 con la canción Alors on danse, número uno en casi 20 países una sugerente mezcla de géneros tan dispares como la world music, la chanson o el hip hop, todo ello con letras que huyen de la banalidad y que, hábilmente, saben tratar temas actuales con acidez. La originalidad de esta propuesta le llevó a codearse con nombres como Lorde, a quien invitó a hacer voces en el tema Meltdown (20149, o Kanye West, quien inesperadamente saltó al escenario durante la actuación del belga en la edición de 2015 del festival Coachella para interpretar juntos (y bailar) Alors on danse. The New York Times le definió como "la voz de la Europa actual".
Una veloz carrera que nació una noche hace ya dos décadas con Stromae viendo unos tipos aporrear trastos. Literalmente, "La primera vez que supe que quería dedicarme a la música tenía 12 años. Fue viendo a Stompen el Vorst National de Bruselas. Me encantaban las percusiones y ver a este grupo haciendo lo que hacían con basura y objetos reciclados, me impresionó muchísimo. Decidí que, de mayor, esa sería mi profesión" contará durante la entrevista, celebrada con la presencia de otras cuatro personas de la discográfica que observan y escuchan desde la pantalla del ordenador: Stromae tiene quien le cuide.
No parece un sinsentido. El astro del pop belga, vestido entero de rosa con calzado deportivo blanco, joyas vintage y mirada radiante, se muestra tranquilo también en el resto de temas que hay que tratar en la entrevista, celebrada unas horas antes de su actuación dentro del festival de Bilbao BBK Live, en julio pasado. También con la primera y más importante pregunta del encuentro: su regreso. En 2016, Stromae decidió retirarse de la vida pública y de la industria por depresión , tras haber cancelado una gira por las consecuencias en su salud mental al tomar una medicación preventiva de la malaria. También influyó una polémica portada en Charlie Hebdo, haciendo mención a la canción que Stromae dedicó a su padre, Papaoueti (2013) desaparecido en el genocidio de Ruanda en 1994. La portada se publicó tras los atentados en Bruselas de marzo de 2016, en los que murieron 35 personas.
"Me dije que nunca más volvería a sentirme de esa manera y creo que la única estrategia posible era dedicarme a mí mismo. No volver a la música, largarme. Pero nunca deje de componer... Lo que ha pasado en esos años de ausencia está en el disco (Multitude, publicado el pasado marzo). Un 33% soy yo y lo que ha sucedido en mi cabeza; el resto son historias ficticias... Definitivamente la vida es también estar triste o deprimido, incluso si las cosas te van bien y eres una persona de éxito. Lo que he aprendido en este tiempo es fundamental para mi futuro. Antes mi objetivo era entretener a la gente , ahora, es pasármelo bien yo y, también, entretener a la gente a la vez. He alcanzado un buen equilibrio", reflexiona...
Beatriz G. Aranda. Bilbao. El País, sábado 27 de agosto de 2022.
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