En 2022 Compostela se llenó de peregrinos. (Foto: Xoan A. Soler)
La segunda entrega del Xacobeo comenzaba con más dudas que certezas, bajo las nubes de la pandemia. El 2021, pese a cumplir expectativas, estuvo marcado por las restricciones de aforo en los albergues y la ausencia de peregrinos internacionales debido al cierre de fronteras.
La llegada de la primavera y sus brotes verdes de peregrinos comenzaron a dibujar un mapa más esperanzador. Con la Semana Santa, el goteo de caminantes se convirtió en riada y los albergues se llenaron de idiomas. Los extranjeros habían vuelto.
Cuando las calles compostelanas se anegaron de visitantes en torno al 25 de julio, quedó claro que solo era cuestión de tiempo batir todos los récords. Un día antes fue cuando cayó la primera marca: el peregrino 200.000 llegaba por primera vez antes del Día del Apóstol. A lo largo del verano han sido constantes las mareas de peregrinos que llegaban por todas las rutas. La plaza del Obradoiro tampoco ha conocido el silencio con las celebraciones que la han llenado de abrazos, gritos y lágrimas de emoción. A pie, en bicicleta, a caballo, en silla de ruedas e incluso sobre zancos, los peregrinos se han convertido en un elemento perenne del empedrado histórico compostelano.
La segunda prueba de que las expectativas se habían desbordado llegó hace tan solo un mes: el afán por cruzar la Puerta Santa se materializaba entonces en las eternas colas que, pese al abrasador sol de un verano de sequías, no bajaron el ritmo...
Al 2022 aún le queda mucho por decir, pero el bum de nuevas rutas alternativas al Camino Francés -la Oficina del Peregrino recoge 19 itinerarios frente a los diez que incluía en 2021- y la incesante apertura de alojamientos parecen indicar que habrá Camino más allá del Xacobeo. Quizás el récord actual caiga, como hacen las hojas en otoño, antes del inico del próximo año santo, el del 2027.
Rebeca Cordobés. La Voz de Galicia, jueves 22 de septiembre.
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