viernes, 16 de febrero de 2024

La alta costura, entre la oda a la memoria y a un botón

De la colección  de Maria Grazia Chiuri, diseñadora de 
Christian Dior.

Big Aura es el nombre de la instalación que envuelve las paredes del desfile de Christian Dior en los jardines del Museo Rodin de París. Las siluetas abstractas de enormes trajes de sultanes otomanos se recortan sobre el fondo componiendo la instalación de Isabel Ducrot, la artista italiana de 93 años escogida en esta edición de la alta costura por Maria Grazia Chiuri, diseñadora de la firma francesa que cada temporada colabora con una artista de trayectoria feminista para enmarcar su propuesta creativa.

"Para Maria Grazia Chiuri, Big Aura es lo que impregna la alta costura, un terreno fértil para la contemplación donde la reproducción del original nunca es la misma. Cada pieza se adapta al cuerpo de quien la use y tendrá su aura específica. Según la definición de Walter Benjamin, el aura refleja la singularidad y autenticidad de la obra de arte", explican las notas del desfile. El mensaje está claro: ninguna de las piezas se confeccionará igual pues se hacen a medida y son únicas..

Las piezas de Chiuri pueden ser sencillas. No lo son. El virtuosismo técnico de la italiana no es estridente, pero el manejo de los tejidos, las proporciones, los pesos y volúmenes, los drapeados y los bordados hacen de sus prendas aparentemente sencillas fáciles prodigios de confección. El desfile comenzó con una serie en caqui que es, quizás, el color más alejado de la concepción clásica de la alta costura. Hubo color, con algunas salidas en amarillo, verde y rosa, hubo bordados en vestidos más ortodoxos inspirados en Catherine Dior, la hermana del modisto, y una curiosa concesión a la tradición de la opulencia de la alta costura, el empleo del moiré, una tela que hasta ahora la diseñadora "solo había asociado con decoración", pero que rescató tras ver un vestido creado por Christian Dior en 1953.

Daniel Roseberry ha rescatado Schiaparelli para el gran público con sus juegos surrealistas.. Su colección, basada en el retrofuturismo, en la película Alien, aplica volúmenes exageradísimos, estructuras rígidas como encaje que parecían jaulas  o capas de alguna reina de fantasía...El contrapunto a estos conceptos abstractos como la memoria y el aura lo puso Virginie Viard en Chanel con su oda al botón. Los botones de la firma, con su logo de las dos ces entrelazadas, son un distintivo desde su origen...Alaïa se desmarcó de la grandilocuencia  de la alta costura con una presentación en su tienda de la Rue Marignan. El negro, los pliegues y drapeados y las siluetas pegadas al cuerpo se mezclaban con flecos de satén y remates de lana gruesa...Al finalizar el último pase se escuchó un aplauso estruendoso...Era el equipo de Pieter Mulier, diseñador de la firma.

Sofía Ruiz de Velasco. París. El País, miércoles 24 de enero de 2024.

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