lunes, 5 de febrero de 2024

"Vermin: La Plaga"

Si perteneces a ese 3,5 %, que sufre de aracnofobia, ya puedes evitar este film. Tenemos a Kaleb, cercano a los 30 años, bastante friki y envuelto en conflictos familiares. Apasionado y trapichero de animales exóticos, consigue una araña rara... y se le escapa, desencadenando una plaga letal en el edificio donde vive, en la banlieue de Saint Denis, al norte de París. Provocará un aislamiento peor que el del covid. La trama recurre a elementos fantásticos para justificar la rápida propagación de los bichos, que pasan de ser uno a miles en pocas horas y sacan a relucir a Darwin y su teoría de la evolución. Los personajes resultan creíbles, logran transmitir  pavor en sus expresiones ante el enjambre de arañas, en su angustiante y agotador intento de escapar del edificio asediado en el contexto marginal de la banlieue (es casi subgénero en el cine francés) con sus lacras y la presión policial en el cogote.

Pero en Vermin no solo hay arácnidos, también hay diversidad en la gente del bloque, de diferente ascendencia y nacionalidad, aparcando un poco la amenaza arácnida para meter algo de realismo crítico y del llamado coming-of-age, mostrando al protagonista en su camino de madurez. Es el primer largo de Sébastian Vacineck, con la cámara al servicio  de los artrópodos según su posición en paredes y techos, hasta revolverte el estómago pensando que pueden estar rondándote sin que los veas. No renuncia a clichés muy gastados del género, como mostrar todo infectado menos la mítica habitación donde logran esconderse, o del amigo infectado que guarda silencio. Algún toque de humor suelto, como ante la necesidad de luz al máximo para evitar sus ataques en un momento no les queda otra que usar una linterna de manivela. Pero, en el fondo, los residentes en estos edificios quizá sean como las propias arañas en sus intentos por sobrevivir.

Álvaro Veleiro. La Voz de Galicia, sábado 3 de febrero de 2024.

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