jueves, 28 de septiembre de 2017

El cuaderno del exilio y de la guerra

Se reedita el diario del capitán Eulalio Ferrer, donde relata las vicisitudes de su viaje desde Francia al destierro mexicano. "Burdeos amaneció hoy envuelta para mí en tinieblas de una profunda tristeza. Nosotros nos vamos. Europa quema nuestros pies". Esto escribe el 15 de junio de 1940 el capitán Ferrer en la primera entrada de un estremecedor diario que va a tener otras 40, una por cada día que durará la travesía por mar desde Francia hasta América. Eulalio Ferrer Rodríguez  (Santander, 1920 - Ciudad de México, 2009) acababa de cumplir 20 años y es el oficial más joven de su escala en el derrotado ejército de la II República. Las penalidades del exilio le han espantado todo afán guerrero. Ha malvivido un año largo en el campo de concentración de Argelès-sur-Mer y esa mañana embarca en el vapor Cuba rumbo a México. Le acompañan sus padres y una hermana, y viaja en tercera clase, como otro medio millar de fugitivos. Pero Ferrer no es un cualquiera entre tantos. Esa mañana, el capitán decide hacerse escritor y ejercer de analista político. Lo hará con una perspicacia dolorosamente profética. Ha acabado la guerra de España y empieza la guerra de Europa, pronostica. "En el ambiente late el presentimiento de una gran catástrofe. Abandonar Francia donde tantas amarguras ha padecido, sólo debería concitar alborozo. Pero el panorama es sombrío también para nosotros. ¡Ay, cómo siento cabalgar el drama sobre Europa!". Este pensamiento anotado el primer día del diario, ensombrecerá todas sus reflexiones, hasta sumar 41 y un centenar de páginas. Ferre no publicó en vida ese diario. Lo hicieron sus herederos en 2011 con el título Cuarenta y un días en el mar . Ahora se reedita en un tomo de casi 300 páginas, como segunda parte de un libro mayor, Entre alambradas, publicado en España en 1988 por ediciones Grijalbo con prólogo de Alfonso Guerra, a la sazón vicepresidente del Gobierno. Guerra, entre tantas páginas, subraya la que se refiere a Antonio Machado, caminando débil y enfermo en aquel río humano, un "apiñamiento de pesadumbre y desventuras" que el poeta soporta junto a su anciana madre". "En la placita de Banyuls, Ferrer los encontrará sentados en un banco, y en un acto impulsivo de solidaridad les dejará su capote militar para librarlos del frío", escribe. Este prólogo se mantiene en la actual edición, completando una página liminar de la hija de Ferrer, Ana Sara Ferrer Bohorques, presidenta de la Fundación Cervantina de México..... El diario de Ferrer es un relato de cómo se ha fraguado la contienda que iba a resultar mundial....
Juan G. Bedoya. El País, viernes 24 de julio de 2017  

No hay comentarios:

Publicar un comentario