sábado, 23 de septiembre de 2017

El refugio de Monsieur Dior

Castillo de La Colle Noire
Casi 60 años después de su muerte, renace La Colle Noire, la mansión al sur de Francia del modisto. Un símil recurrente. La casa como metáfora de un personaje la hemos visto en Jorge Luis Borges, Marcel Proust o Julio Cortázar. La alegoría se materializa en el castillo de La Colle Noire, en Montauroux, al sur de Francia, inaugurado el pasado mayo por la firma Dior. En esta mansión del siglo XIX vivió el diseñador y fundador de la marca, Christian. "Era su refugio, aquí descansaba del tumulto parisino. La compró en 1951, en pleno éxito de su trabajo. Tenía fobia al avión, pero sus viajes se multiplican. Vivió bajo mucha presión. Resulta emotivo pensar que aquí , poco antes de fallecer en 1957, de un ataque al corazón, escribió las últimas páginas de sus memorias (Christian Dior y yo; editorial Gustavo Gili), en las que confiesa que se sentía cansado y que pensaba afrontar entre sus paredes el período final de su vida", cuenta a SModa Frédéric Bourdelier, director de Patrimonio de la firma francesa. Lo recuerda sentado en una silla estilo Luis XVI, en el que fuera el despacho del creador. "Me persigue una sensación extraña...conocía cada habitación al dedillo. Las he estudiado en blanco y negro durante mucho tiempo...Para mí todo era pura abstracción. Pero ahora estoy aquí en un mundo coloreado. Es fascinante, hemos pintado el mundo de Monsieur Dior". ¿Y cómo han resucitado su espíritu? "Con fotografías, revistas de la época como Connaissances des Arts, donde se publicaron reportajes ilustrados sobre esta casa, y con los dibujos que realizó el modisto junto a su arquitecto, André Svetchine", dice el director de Patrimonio.
Es un a historia de amor. Y de regreso a las raíces. Bourdelier lleva años rastreando Francia en busca de huellas del maestro. "El esfuerzo arranca en 2008, hasta entonces fueron los vecinos del valle quienes mantuvieron su memoria viva", confiesa el historiador. Y añade:"Murió de manera abrupta e inesperada a los 52 años, hasta hace poco seguía siendo un trauma. Además hace una década, las marcas de lujo más tradicionales buscaban la modernidad e ignoraban el pasado. Hoy es diferente. el pasado nos sirve para forjar un futuro más rico". Más de 200 personas han participado en la reforma de esta casa durante dos años". "Nuestra intención ha sido recuperar La Colle y acabar las obras que Christian no pudo terminar"...
Una maleta con sus iniciales, un teléfono, esculturas. Hasta hace poco no tenían donde ubicarlos. No querían instalarlos en el museo de Dior en Granville. Y hasta 2013 este castillo, de 1460 metros cuadrados, estaba en manos privadas. Su hermana Catherine Dior vendió el domicilio. "No se sentía cómoda en este universo chic. Ella nunca durmió en la habitación que Christian había ideado para ella....Prefería recibirlo en Caillan, donde residía, a pocos kilómetros....La casa es un símbolo de su personalidad. Christian quiso ser arquitecto. "Así lo confesó en una conferencia en la Universidad de La Sorbona ", apunta el experto. "Trabajó mano a mano con el arquitecto. Cuando la compró,  La Colle era un hotel" cuenta el historiador. Y apostilla: "Esta casa es como el New Look  (su colección de 1947 y la estética que cambió las reglas de la moda), nostálgica y revolucionaria. Después de la Segunda Guerra Mundial y en medio de la austeridad, el diseñador devolvió la joie de vivre a la mujer: con las curvas del traje enfatizaba los pechos y las caderas. Pero lo hizo sin perder de vista la tradición. Como sucede con la decoración, llena de guiños a la Belle Époque y al Segundo Imperio".....
María Ovelar. SModa. El País, 23 de julio de 2017

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