sábado, 12 de enero de 2019

Le Mans, Una Francia de cuento,2

Cerámica de Malicorne-sur-Sarthe
Desde luego, la capital de las carreras automovilísticas vive a un ritmo mucho más relajado de lo que podríamos pensar, pero para completar la imagen de la vida placentera e idílica hay que salir a recorrer la campiña de la provincia. Dos ríos principales la atraviesan: el Loir y el Sarthe. El primero es afluente del segundo que, a su vez lo es del Loire. Este, con la e al final, es de los castillos, aunque junto a éstos también se levantan algunos tan impresionantes como el de Poncé-sur-le Loir o el de Le Lude. El itinerario por este último incluye las antiguas cocinas, instaladas en una impresionantes salas abovedadas que parecen estar pensadas para actividades más espirituales. El caso es que cinco siglos después de su construcción continúan utilizándose para preparar banquetes una vez al mes.
Esta es también tierra de vinos y en pueblos como Marçon se producen algunos de los mejores de la región, como los que elabora la familia Fresneau, acogidos a la denominación Jasnière, que tiene como variedad de referencia la uva chenin blanc.
Pero sobre todo sigue siendo tierra de artistas y artesanos. ¡Y de anticuarios, claro! En La Chartre-sur-le-Loir, con sus decenas de tiendas de antigüedades, eso salta a la vista. Hasta quí peregrinan muchos profesionales , expertos y entendidos, aunque también los que solo son aficionados o entusiastas... Pero si hay un oficio de artistas y artesanos que resalte en esta comarca es el de la fayenza, la loza con un acabado vítreo que inventaron los egipcios. Los creadores de más renombre están en Malicorne-sur-Sarthe, donde por supuesto, un flamante museo, (Espace Faïence) cuenta la historia  y los secretos de este arte y sus diferencias con otras técnicas como la porcelana o la cerámica. El proceso en sí mismo también puede seguirse en uno de los establecimientos faros, Faïence de Art Moderne de Malicorne, mientras que las piezas más tradicionales se encuentran expuestas en Bourg-Joly, la casa más antigua...
Junto al río , el viejo molino, donde antaño se trituraban las piedras y los minerales de donde se extraían los pigmentos  de colores para la loza,se ha convertido en un espacio de exposición de otros oficios de arte realizados en la región. Aquí, joyas, esculturas, maderas talladas, vidrieras o sombreros de época están además a a la venta...
En Asnières-sur-Vègre, Philippe y Khady Grandy crearon un jardín paisajista  que han llamado Jardin Mosaïque: en dos hectáreas y media de terreno crecen centenares de variedades de flores silvestres, una colección de rosales antiguas, plantas medicinales u un huerto.
La última sorpresa: los ríos son navegables. Ahora imagínate en un barco por estos tranquilos cursos de agua flanqueados de vegetación, sorteando esclusas, parando junto a antiguas abadías como la Solesmes... En Sablé.sur-Sarthe se pueden alquilar los barcos con o sin patrón para ponerse a navegar...
Óscar Checa. Yo Dona, sábado 5 de enero de 2019

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