miércoles, 5 de febrero de 2020

El viaje a Tenerife

Desde que escribo en Icon, miro vuestro país de otro modo. He de decir que mi vida se ha visto invadida por España. Vivo a 15 minutos de autovía de ella. Solo algunas montañas, en las que no nieva, nos separan. Pero están todas perforadas por túneles. Esta mañana mi radio habla español, pero los presentadores hablan demasiado rápido como para que pueda entenderlos. Escucho vuestra música. Me parece que las radios españolas tienen mejor gusto que las francesas. Me he despertado con Manuela de Julio Iglesias, una canción que gotea un romanticismo vicioso como el sirope y que cubre la isla de Tenerife de mermelada de frambuesa tres veces demasiado azucarada. Me apetece felicitar a la persona que ha tenido la idea de difundir este fragmento -con violines tan pegajosos que hacen llorar de belleza: a veces un ser al que no conoces introduce felicidad en tu existencia y ni siquiera puedes agradecérselo. 
En el último tercio del siglo XX, Julio Iglesias dio a los españoles un aspecto de playboys bronceados con la camisa abierta: ¡no os dais cuenta de la suerte que tenéis! A nosotros los franceses, nos toman en todas partes por Louis de Funès, un viejo calvo e histérico que grita a todo el mundo. Es mejor que te tomen por un seductor de rostro estirado, cabello teñido y la dentadura demasiado blanca... Tiene 76 años, dos más de los que tenía nuestro crooner, Johnny Hallyday, cuando murió. ¡Larga vida a Julio!...
Mi problema no es nuevo: España siempre ha fascinado a los autores franceses, desde Carmen de Merimée. Desde esa novela convertida en ópera, creemos que vuestras mujeres están locas  y vuestros hombres son todos unos bigotudos. Los tópicos son una gilipollez, ¿así que cómo vamos a escapar de ellos? Sé lo que los españoles pensáis de los franceses: vulgares pedantes, idiotas pretenciosos, turistas cargados de desprecio, ligones plastas. Pues bien, es perfectamente exacto. Así que los clichés nos ayudan a conocernos  y si conseguimos deshacernos de ellos nos permiten sorprender. "Ah, bueno, ¿no tienes bigote? ¿Estás seguro de que eres español?", "¡Vaya! ¿Todavía no has hablado de culos? ¿Estás seguro de que eres francés?".
Frédéric Beigbeder. Icon. El País, sábado 1 de febrero de 2020.  

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