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Eric Vuillard. (Foto: Melania Avanzato) |
Repite Kalandraka con el autor francés Éric Vuillard (Lyon, 1968) al publicar A batalla de Occidente, de nuevo de la mano de la traductora Antía Veres Gesto, tras editar en 2018 A orde do día. Aprovecha el sello pontevedrés el éxito que alcanzó esta novela, que, entre otros aspectos, profundizaba en el respaldo de la gran industria alemana al nazismo. Lo mismo hizo en castellano Tusquets, que recuperó La batalla de Occidente y 14 de julio. Los dos títulos son anteriores en la escritura a La orden del día, y aunque explotan similares recursos no están a la altura de ella. Algo así ocurría con Tristeza de la tierra: La otra historia de Buffalo Bill ( Errata Naturrae, 2015). Son todas, de hecho, una especie de laboratorio en su camino cara La orden del día, con la que Vuillard ganó el Goncourt 2016 y en la que sienta un modelo de novela histórica muy efectivo, que conjuga acontecimientos reales con ficción, personajes relevantes y actores del pueblo, anóminos, con los que acostumbra atropellar la historia. Más allá del inquietante mensaje de futuro que deja, La orden del día tenía pasajes brillantes como la reunión de magnates en el Palacio presidencial Reighstag, la cena en la casa de lord Chamberlain con el embajador nazi en Gran Bretaña Joachim von Ribbentrop como invitado -mientras se produce la anexión de Austria- o la recreación del encuentro en las montañas en el que Hitler presiona al canciller austríaco Kurt von Schuschnigg. Siendo una narración lograda La batalla de Occidente no llega tan lejos. Pero aún así abundan los grandes estrategas germanos, las mujeres francesas fabricando obuses, la destrucción de la catedral de Reims, la masacre de las trincheras, el atentado de Sarajevo, veinte millones de muertos... El triunfo de la irracionalidad...
H.J.P.Redacción . La Voz de Galicia, jueves 9 de enero de 2020.
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