Obras de Rodin y Giacometti en la Fundación Mapfre. (Foto de Dani Duch) |
Giacometti se apartó de aquel fervor cuando empezó a buscar su sitio en la escultura. Su lugar propio. Sus iniciales estéticas. Su pabellón de silencio. Escogió otras rutas: Zadkine, Lipchitz y Laurens...Cruzó a la zona de alto voltaje del surrealismo. Ejerció allí la modernidad con las manos volcadas en lo simbólico. Y una vez cumplida la expedición que lo confeccionó como quería volvió los ojos a la obra de Rodin, más sabio y mejor acondicionado para bucear en aquel mar impetuoso que partió en dos el arte de un tiempo aún por hacer.
Los viajes de ida y vuelta de Giacometti a la obra de Rodin fijan la exposición que (del 6 de febrero y hasta el 10 de mayo) acoge la Fundación Mapfre en sus salas del Paseo de Recoletos, con casi 200 piezas, y de las que son comisarias Catherine Chevillot (directora del Museo Rodin), Catherine Grenier (directora de la Fundación Giaconetti) y Hugo Daniel (del Instituto Giacometti). No es un combate, sino una extraña comunión que ya ocupó los espacios de la Fundación Gianadda (Suiza) a finales de 2019, pero aquí tendrá nuevas piezas y distinta disposición...
Antonio Lucas. El Mundo, domingo 2 de febrero de 2020
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