domingo, 19 de febrero de 2023

"La novela salvará la democracia o desaparecerá con ella"

Mario Vargas Llosa ya es inmortal . El primer inmortal en la historia que no haya redactado ni una línea en lengua francesa. En un discurso en francés vibrante y digresivo, y ante un público que incluía entre sus invitados al rey Juan Carlos y su hija Cristina de Borbón, el autor de Conversaciones en La Catedral declaró su amor por Francia como patria literaria. Y situó la literatura como la más elevada de las arte narrativas, netamente por encima del cine y la televisión.

"La novela salvará a la democracia o será sepultada con ella y desaparecerá", dijo Vargas Llosa, vestido con el tradicional traje verde con bordados ornamentales y con la espada preceptiva para todo inmortal. "Nada se ha inventado hasta ahora como la novela para mantener vivo el sueño de una sociedad mejor que esta en la que vivimos, en la que todos hallarían suficientes materiales para su felicidad, palabra que parece locura irreal en estos tiempos y que, sin embargo. alimentó por siglos el anhelo de millones de seres humanos".

Toda la pompa y solemnidad de la Francia eterna, todo el poso cultural de este país y esta institución se concentraron durante el tiempo de la ceremonia de recepción bajo la imponente cúpula del Institut de France. Por ahí flotaban los fantasmas de Corneille, La Bruyère, Montesquieu, Hugo, Merimée, Dumas, Rostand y tanos otros, mezclados con las docenas de invitados que constituían el quién es quién de la la literatura, la política, la amistad. Ahí estaban sus tres hijos -Álvaro, Gonzalo, Morgana- y Patricia Llosa, su exesposa. Y ahí el ex primer ministro Manuel Valls, los escritores Javier Cercas y Zoé Valdés, o el editor Antoine Gallimard. La Guardia Republicana recibió a los académicos uniformados.

"Yo aspiraba a ser secretamente un escritor francés", arrancó Vargas Llosa (Arequipa, 86 años) al recordar su infancia y  juventud latinoamericana, y su llegada a París en 1959. "Descubrí que los franceses", explicó, "habían descubierto la literatura latinoamericana antes que yo". (...)

La ceremonia de este ayer culmina el camino y consagra al más francés de los escritores en lengua castellana. Ya tenía el Nobel; ya estaba en La Pléiade, la colección de clásicos de Gallimard en la que solo hay otro autor vivo: Milan Kundera. Vargas Llosa, además, inyecta novedad y universalismo a una institución acusada de conservadora y anticuada, y desde hace años sin figuras de verdadero relumbrón. Ninguno de los tres Nobeles franceses vivos -Patrick Modiano, J. M. G. Le Clézio y Annie Ernaux- han mostrado interés en ingresar en el club.

A Vargas Llosa le dio la réplica  Daniel Rondeau, académico y viejo amigo suyo. Después de glosar su vida y obra, e incluso sacar una banderilla del Colegio Militar Leoncio Prado, escenario de La ciudad y los perros, afirmó: "Querido Mario Vargas Llosa, está usted en su casa, en nuestra tozuda tribu de efímeros inmortales". El discurso de Vargas Llosa fue también, como mandan los cánones, un elogio al antecesor en el escaño 18 que ocupará a partir de ahora: el filósofo Michel Serres, fallecido en 2019. "Nunca lo conocí, pero después de haber leído casi todos sus libros le tengo solidaridad y simpatía", dijo el autor de "La fiesta del chivo"...

Vargas Llosa habló de Flaubert, determinante ene su carrera literaria y su manera de entender la novela, de Victor Hugo, de Rimbaud, de esta literatura que, en su opinión, "fue la mejor y sigue siéndolo".  "¿Que significa la mejor?", se preguntó. La más osada, la más libre, la que construye  mundos a partir de los desechos humanos, la que da orden y claridad a la vida de las palabras, la que osa romper con los valores existentes, la que se insubordina a la actualidad, la que regula y administra los sueños de los seres vivos". Y añadió: "Nadie ha ido más lejos que los escritores franceses en la búsqueda de esa identidad secreta que alimenta la vida y es la literatura, la vida ficticia que es, para muchos, la vida verdadera". 

Novela y libertad, novela y democracia: este fue uno de los motivos recurrentes del discurso. La literatura necesita de la libertad para existir", dijo, "y cuando esta no existe recurre a la clandestinidad para hacerla posible porque no podemos vivir sin ella, como el aire que es indispensable para nuestros pulmones" ...

El nuevo académico mencionó la invasión rusa de Ucrania y la resistencia de los ucranios frente a Vladimir Putin. Y glosó: "Como en las novelas, aquí los débiles derrotan a los fuertes, pues la justicia de su causa es infinitamente más grande que la de estos últimos los supuestamente poderosos"....

El discurso concluyó con una reflexión sobre el más allá. Vargas Llosa especuló con que, terminada la vida, ocupase su lugar la literatura...Vargas Llosa ya es inmortal, pero piensa en la muerte.

Marc Bassets. París. El País, viernes 10 de febrero de 2023.


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