En la actualidad la Fundación posee aproximadamente 7.000 dibujos, 15.000 grabados, 450 pinturas y 55.000 cartas autógrafas, la mayoría de artistas neerlandeses y flamencos, pero también franceses, italianos, alemanes... y algún que otro ejemplo español, de Goya a Sorolla. A partir de la colección original de Lugt -amante y especialista en Rembrandt, de quien atesoró 21 piezas y de quien la fundación conserva dos de las siete misivas suyas que existen - han ido añadiendo adquisiciones que se financian, al igual que todos sus gastos, con la "pequeña fortuna" que legó el matrimonio conformado por el coleccionista y su mujer, Jacoba Lugt Klever, una rica heredera. Una de las vías de crecimiento de la colección está marcada por la reciente incorporación de unos 500 bocetos al óleo, que ofrecen "una panorámica de esta técnica desde aproximadamente 1780 a 1880, antes del impresionismo", como explica Hans Bujs, comisario y director de la institución tras el súbito fallecimiento de Ger Luijten en diciembre de 2022. Mientras que muchos de estos bocetos cuelgan en las paredes, los dibujos han de protegerse de la luz y se conservan entre las páginas de álbumes de cuero originales.
Aunque la fundación puede presumir de poseer algunas obras de relumbrón -no solo sus rembrandts sino también piezas de Bruegel, Rubens, Wagner Wateau o Ingres, así como un dibujo preparatorio de Leonardo de Vinci que resiste a las reatribuciones-, el espíritu de la colección de Lugt tiene más que ver con la vocación de ampliar las miras por medio de la promoción del trabajo de artistas no tan conocidos. En esa misma línea se mueven las exposiciones que organizan. Hasta el 14 de mayo tienen abiertas dos: una con dibujos de objetos de artes decorativas procedentes del Rijksmuseum y otra con obras sobre papel neerlandesas del siglo XVIII que se conservan en los Museos Reales de Bellas Artes de Bruselas.
La gran apuesta llegará en Junio con la retrospectiva de Jacobus Vrel, un oscuro pintor del Siglo de Oro neerlandés redescubierto que ha sido catalogado como el "precursor de Vermeer". Vrel comparte con el maestro un gusto por los ambientes enigmáticos y las escenas intimistas, protagonizadas por personajes corrientes. Sus pinturas despliegan algunos rasgos insólitos en el arte de la época, como la representación de espacios vacíos y figuras de espaldas o que se cubren el rostro, en una reflexión sobre el papel del pintor y la propia naturaleza humana.
Silvia Hernando. París, miércoles 22 de marzo de 2023.
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