miércoles, 13 de noviembre de 2024

Bénédicte Savoy, invitada por el Museo del Prado

  Bénédicte Savoy (París. 52 años) es la máxima autoridad europea en el arte expoliado y su restitución. Profesora de Historia del Arte en la Technische Universität de Berlín, donde nos recibe una tarde de septiembre en medio del caos generado por una alarma de incendio, esta especialista ha sido la principal impulsora de la devolución de las obras saqueadas en las antiguas colonias africanas. En 2018 coescribió, junto al economista senegalés Felwine Sarr, el informe Sobre la restitución  del patrimonio cultural africano, un encargo del presidente francés Emmanuel Macron, texto de aspecto burocrático  que acabó siendo decisivo en el debate sobre la descolonización de los museos.

 Su principal recomendación, entonces explosiva, consistía en devolver toda obra u objeto a su lugar de origen cuando existiera alguna duda sobre la legalidad de su procedencia. Se interpretó como una utopía maximalista que terminaría criando polvo en un cajón, pero acabó siendo el catalizador de un cambio sin precedentes. En pocos años, las potencias europeas comenzaron a exhibir una mayor trasparencia sobre el origen de sus colecciones públicas e incluso a devolver algunas piezas a países africanos, en un proceso que esta francesa sonriente e informal, que antes fue profesora en el Collège de France, califica de "imparable".

Savoy se prepara para pasar el mes de noviembre en Madrid: ha sido invitada a pronunciar cuatro conferencias por el Museo del Prado. Se centrarán en un episodio ocurrido en 1815: tras la derrota de Napoleón y el Congreso de Viena, las potencias aliadas  -Reino Unido, Prusia, Austria y Rusia, entre otras- exigieron la devolución  de las obras de arte saqueadas por Napoleón.  La restitución benefició a países como Italia, Alemania, Bélgica o España. En el último caso, muchas de las obras recuperadas serían expuestas en el Museo del Prado, inaugurado cuatro años después. El acontecimiento marcó un precedente en Europa. Savoy lo usa como ejemplo para demostrar que no dista mucho de las reclamaciones  de esas antiguas colonias  que aspiran a recuperar  sus patrimonios a estas alturas del siglo XXI.

P.- ¿De qué quiere hablar en el Prado?

R.- Mi investigación trata sobre el expolio de los patrimonios de otros países: la idea de enriquecer el patrimonio  propio arrebatando el de los demás. En los últimos años me he centrado en las restituciones: qué deben hacer las potencias europeas con estos bienes expropiados, cómo los devolvemos cuando nos los reclaman. Propuse hablar de las restituciones de 1815 porque la historia de las colecciones del Prado está muy ligada la devolución  de obras expoliadas, en su día, por Napoleón. El origen del museo madrileño,  como otros en Europa, surge de esa restitución forzada.

P.- Lo que dice es que,  para entender la necesidad de restituir en el presente, es necesario mirar al pasado.

R.- El primer gran debate sobre restituciones se dio en 1815 y los argumentos ya eran muy similares a los de ahora. En aquella época participaron artistas e intelectuales europeos como Goethe, Stendhal, los hermanos Grimm o Goya. Muchos países como España, Bélgica o Alemania, habían sido saqueados por las tropas napoleónicas. Mi opinión es que eso debería facilitar un poco de empatía con los Estados africanos que hoy exigen el retorno de su patrimonio. En ciertos lugares no veo por qué es tan difícil de entender.

P.- Qué opina del Prado y del resto de los museos españoles? ¿Observa cierto retraso en abordar esta cuestión?

R.- Como visitante, me fascina la singularidad de su colección, que no sigue el modelo enciclopédico de muchos otros museos europeos, que cuentan con obras de todas las escuelas y épocas. En el Prado, en cambio, vemos cosas que no están en ningún otro sitio. Como académica francesa afincada en Berlín, debo admitir que estoy más familiarizada con museos de otros países. Visto de lejos, percibo que en España existe quizás una mayor reticencia que en otros lugares a abordar las cuestiones coloniales, tal vez porque la cronología  y el perímetro del proyecto colonial son otros. Aun así no quiero hablar de retraso: el Prado es el primer museo europeo que me invita específicamente para hablar  de estos temas.

P.- El ministro de Cultura, Ernest Urtasun, propone descolonizar el Museo de América y el de Antropología, ambos en Madrid. ¿Es lo indicado?

R,-  El discurso de Emmanuel Macron en Burkina Faso en 2017, que rompió con décadas de silencio al abrir la puerta a la devolución del arte africano a su lugar de origen, ha impulsado debates en toda Europa, como una bola de billar que choca contra otras que estaban detenidas. Puede que España sea la siguiente bola en moverse. Más importante que la restitución física es hablar públicamente  de estos temas, comprender cómo algunos de nuestros museos crearon sus colecciones y dialogar con los países afectados para encarar el futuro. Este debate social es un proceso irreversible, como ha sucedido con los abusos sociales: una vez se libera la palabra, ya no es posible detenerla...

Álex Vicente. El País Semanal, 24 de octubre de 2024.

martes, 12 de noviembre de 2024

Pierre Huyghe, la vida en las fronteras

Pierre Huyghe

Liminal. Pinault Collection. Punta della Dogana. Venecia.Comisaria Anne Stenne. Hasta el 24 de noviembre.

Una sugestiva y muy relevante exposición del artista francés Pierre Huyghe (París,1962) llama especialmente la atención entre las propuestas colaterales de la Bienal de Venecia. Es oportuno recordar que esta es su tercera presencia en este marco. La primera fue en el Pabellón de Francia en la edición de 2001, donde obtuvo el Premio Especial del Jurado. Estuvo de nuevo allí en la Bienal de 2017, cuando se presentó su exposición en la sede veneciana de la Fundación Louis Vuitton. En 2010, el Museo Reina Sofía presento una memorable muestra, La estación de las fiestas, en el Palacio de Cristal del Parque del Retiro.

Huyghe es uno de los artistas actuales de mayor consistencia y proyección. El inicio de su trayectoria se sitúa en los años noventa, con importantes presentaciones internacionales. Todos estos datos y referencias previos nos permiten situar  mejor la transcendencia de este artista innovador, en todo momento abierto a los nuevos soportes y modalidades expresivas de las artes en las últimas décadas. Sus propuestas se modulan a partir  de una interrogación entre la realidad y la ficción, integrando la memoria colectiva y estructuras narrativas, así como la experiencia del tiempo en sus últimas variantes. 

La exposición actual de Venecia puede considerarse una síntesis de esos planteamientos, al integrar obras seleccionadas de los últimos 10 años con otras nuevas que pueden verse ahora por primera vez. Son en total 17 obras que se reparten en nueve salas distribuidas en dos pisos del edificio. El concepto y el título de la muestra, liminal (2024), es, en sentido estricto, la clave profunda de esa síntesis. La palabra "liminal" que procede del latín "limes": límite, frontera, o umbral, implica que no estamos propiamente en ningún lugar, ni físico ni mental.

En los textos reunidos en el catálogo (pág. 10), Pierre Huyghe indica: "liminal es un estado contemporáneo, del cual puede brotar algo no pensado: ser inexistente , sin ser ni mundo, fuera de cualquier fuera. Una especulación sobre la naturaleza humana imposible, en la forma de una simulación situada que nos permite seguir la formación de esto no humano, de esta cosa con la cual nos podríamos eventualmente, imposiblemente, identificar". Es decir, estaríamos estrictamente en el límite, en un flujo de tiempo, espacios,  y materiales de los más diversos tipos, como ámbito genérico de lo humano en su tránsito con lo no humano.

En el recorrido oímos una voz generada en tiempo real por Inteligencia Artificial en las nueva salas y observamos videoproyecciones sobre pantallas de gran formato, acuarios con elementos diversos en su interior, instalaciones como la pieza realizada en el desierto chileno de Atacama, Camata (2024), con robots alimentados  por aprendizaje automático en una película autogenerada y editada en tiempo real por la IA, ante una roca suspendida, una instalación con una escultura en el suelo y una proyección de video sobre una pantalla transparente (...)

En definitiva, Pierre Huyghe nos tansmite en liminal una experiencia profundamente inmersiva. A través de las distintas obras y soportes el espectador se va introduciendo cada vez más intensamente en el dinamismo y los cambios de la vida. Los distintos elementos que configuran la existencia en su profundo dinamismo. De las etapas más remotas  a esta situación de proliferación digital en la que lo humano arrastra en sus transformaciones un profundo signo de interrogación.

José Jiménez. El Cultural, 25-10-2024.

lunes, 11 de noviembre de 2024

Anora. Una pretty woman del siglo XXI

Si algo caracteriza la trayectoria de Sean Baker (Summit, 1971) -además de su admirable capacidad para empatizar con los personajes- es su interés por la cara oculta  del comercio sexual. En Starlet (2012) retrató la toma de conciencia de una estrella del porno interpretada por Dree Hemingway, bisnieta de Ernst; y luego en Tangerine (2015), elogió la batalla por la entereza emocional  de dos prostitutas transexuales. En The Florida Project (2017), una madre debía prostituirse para mantener a su hija, mientras que los protagonistas de Red Rocker (2021) cargaban con el estigma de haber protagonizado unos vídeos sexuales. Este escaparate de adversidades podría hacer pensar en un cine de la sordidez, pero la mirada humanista de Baker  perfila una celebración  de la resistencia  y la lucha  por la dignidad  cualidades esenciales de la protagonista de Anora, Palma de Oro en Cannes.  

La joven Anora (una deslumbrante Mikey Madison) prefiere ser llamada Ani. Así es como esta bailarina  de un club  de lap dance neoyorquino oculta sus orígenes eslavos, aunque es justamente este rasgo identitario el que convertirá a Anora en el objeto de deseo del hijo de un oligarca ruso, Ivan (Mark Eydelshteyn), que se garantizará la compañía en exclusiva  de la escort. Siempre cerca de su protagonista, pero evitando en todo momento juzgarla de forma tajante, Baker invita  al espectador  a participar  del encantamiento que experimenta Ani al gozar de los lujos que le provee Ivan. Esto acerca Anora a la fábula de la Cenicienta, que ya tuvo una traslación al ámbito del comercio sexual en la icónica Pretty Woman (1999). Si embargo, Baker no se contenta con seguir el patrón narrativo de la damisela en apuros y convierte Anora en una obra  que toma al espectador  a contrapié, como un bumerán capaz de girar sobre sí mismo en el aire... hasta en dos ocasiones.

En su primer cambio de rumbo, Anora transita del relato romántico a un lugar equidistante entre el thriller criminal y la comedia de enredo. (...)

El segundo golpe de timón conduce Anora hacia su memorable recta final, en la que se evidencia  que el sueño de Ani puede convertirse en una pesadilla. Es aquí cuando al perfilar abiertamente una lucha de clases, el filme se desmarca en gran parte del cine independiente  americano actual...

Manu Yáñez. El Cultural, 25-10-2024.

domingo, 10 de noviembre de 2024

Los dos Machado

Se ha inaugurado en Sevilla, en las bóvedas de catedral de la vieja fábrica de artillería, una exposición sobre Antonio y Manuel Machado, los hermanos por antonomasia (y por manuelnomasia) de la poesía española. Están ahí, no solo sus manuscritos,  sino también el tintero en el que mojaba el plumín Manuel y la cartera en la que guardaba los cuartos y las fotos Antonio. La excusa para la exposición son los 150 años del mayor de los hermanos, pero el comisario de la muestra, que no es otro que el político socialista Alfonso Guerra, reconoce que su intención principal es disipar la leyenda de que la guerra los separó, y quitarles ese sambenito de las dos Españas.

Guerra tiene razón, pero solo en parte. Yo creo que los Machado sí son una metáfora de las dos Españas, solo que no de cómo fueron sino de cómo deberían haber sido. La guerra los separo física y ideológicamente, pero no por eso dejaron de respetarse y quererse. Si las dos Españas hubiesen sido así, no habría habido guerra, porque la suya fue una historia de Caín y Abel sin envidia ni crimen. Y eso que los dos eran escritores, lo que lo hace mucho más meritorio. Incluso escribieron obras de teatro juntos, "a cuatro manos" se dice, por contagio de la metáfora del piano, aunque las manos lógicamente no serían más que dos. Y esto es todavía más asombroso, porque no podían ser más distintos en sus personas y en sus estilos literarios. Antonio era un bohemio sin golfería, un santo laico feo, agnóstico y sentimental. Su desaliño no era solo indumentario, como decía en su autobiografía en verso, sino también filosófico y literario, y en la exposición de Sevilla se ve esto en sus borradores, llenos de tachaduras que tienen la categoría de dudas existenciales  Por ejemplo en uno de ellos dice que prefiere los yermos castellanos a las vegas andaluzas, pero luego tacha y corrige, para asegurar que le gustan por igual. Manuel, por su parte, era un señorito vocacional, más alegre en su manera de vivir, un bon vivant que decía comulgar a la vez" con Montmartre  y con la Macarena". Antonio era un pensador de café, Manuel de tablao; los dos provincianos en el mejor sentido de la palabra, si bien uno al modo universal y el otro al modo cosmopolita. La poesía del uno es sentenciosa y absorta, ligera y brillante. A mí me gustan los dos, cada cual a su manera. Aunque Manuel no hubiese estado de acuerdo. En una carta le confesaba a su hermano que iba a dejar de escribir porque había entendido que su poesía tenía fecha de caducidad. "La tuya es intemporal". Yo pienso que eso no la hace necesariamente mejor, porque la eternidad es tan solo una de las formas de la reiteración.

"Tú a Burgos y tú a Francia", les mandó la guerra a los dos hermanos, y así fue. Más que morir en el exilio, se puede decir que a Antonio el exilio lo mató, porque se murió tan pronto como cruzó la frontera, siguiéndole su madre tres días después. Tan pronto como pudo, Manuel fue a visitar sus tumbas en el cementerio de Colliure y no salió de allí en dos días. En el bolsillo del abrigo de Antonio había parecido garabateado en una hoja, su último verso. Iba a ser el comienzo de un poema que quedó sin escribir, pero tiene tal capacidad evocadora que uno cree intuir como sigue. Imagino que ese papel con el verso suelto estará también en la exposición de Sevilla, y es lo que más interés tengo yo en ver. Precisamente parece algo que Antonio dice a su hermano Manuel: "Estos días azules y este sol de la infancia..."

Miguel-Anxo Murado. La Voz de Galicia, domingo 3 de noviembre de 2024.

sábado, 9 de noviembre de 2024

El hogar de los relojes difíciles

Una segunda vida  para piezas centenarias es el objetivo que buscan alcanzar los artesanos de La Granja, el taller de oficios  artísticos que la marca suiza Blancpain tiene en Le Brassus, en el valle de Joux. Allí se restauran viejas joyas que llevan décadas perdidas o guardadas como tesoros familiares.

Una esfera oxidada descansa sobre una superficie de madera iluminada. Varias personas con pinta de saber lo que están haciendo la examinan, le dan la vuelta con unas pizas finas, someten el objeto envejecido al escrutinio de una lupa, toman medidas y  examinan materiales. El enfermo en el quirófano podría ser un ejemplar  del mítico reloj Fifty Fathoms creado en 1953. Lo ha encontrado en el garaje de su casa, oxidado y sin funcionar, una persona que cree que su abuelo pudo haber invertido en el reloj más codiciado de su época, el primero creado para buceadores profesionales, tan hermético y fiable que su versión MIL -SPEC2 se convirtió en el reloj oficial  del cuerpo de marines estadounidenses. El cliente en cuestión quiere saber si se trata de un ejemplar auténtico y restaurarlo. Al menos 10 personas trabajan para dar el veredicto final.

Estamos en La Granja, como se conoce la casa que alberga los talleres de oficios artísticos de la marca relojera Blancpain. Para llegar hasta aquí hemos atravesado el valle de Joux hasta llegar a una colina en la localidad de Le Brassus, donde en torno a 1891 se instaló en un molino un taller especializado en movimientos con complicaciones exigentes. Entre sus creaciones figura el Maravilloso, uno de los relojes más complejos de la época. Los repetidores de minutos, los cronógrafos ratrapantes, los carruseles, los tourbillons y los calendarios más intrincados se desarrollan dentro de estos muros. De esta casa salió en 1991 el modelo  1735, uno de los relojes automáticos de pulsera más complejos del mundo. A su departamento de Heritage traen los clientes las joyas de familia para darles una segunda vida.

El valle de Joux, ubicado entre las montañas del Jura, cerca de la frontera con Francia, es una de las regiones más importantes en la historia de la relojería. Los largos inviernos obligaban a los vecinos a permanecer en casa, buscando la luz natural que solía encontrarse al pie de las mesas de trabajo, pegadas siempre a los grandes ventanales. En los meses de invierno no se podía pastorear el ganado y los granjeros empezaron a fabricar pequeñas piezas mecánicas y componentes de relojes. El valle se convirtió  en un sitio de expertos en micromecánica. De la fabricación de componentes saltaron a la producción  de complicaciones y hacia el siglo XVIII las casas relojeras del valle eran las mas demandadas en Ginebra para los encargos de movimientos exigentes.

"Llevamos en nuestro ADN el patrimonio de los relojeros antiguos, que fueron las personas más locas, innovadoras y desafiantes de su época. Eran más científicos que artesanos. Por ejemplo Abraham-Louis Breguet intercambiaba  ideas con los grandes físicos de su época. Los relojes eran entonces mucho más que instrumentos para medir el tiempo, abrían caminos para navegar los océanos, servían para calcular la dirección del viento, y hasta para ganar guerras. Por eso los relojeros estaban muy bien situados en las cortes de Francia y España", explica Marc Hayek, CEO de Blancpain y miembro de una gran saga de relojeros suizos (su abuelo Nicolas Hayek cofundó el Grupo Swatch).

Para reparar los relojes antiguos no sirven los destornilladores, las pinzas convencionales que fabrican los proveedores habituales de mercado. Se necesitan herramientas personalizadas, diseñadas par el montaje y el acabado de calibres que apenas existen. Todos estos instrumentos se fabrican en la propia Granja y no se venden. Sin ellos no podría revitalizarse los movimientos de muchos relojes antiguos. En Blacpain  estas herramientas altamente especializadas se crean entre los diseñadores de movimientos y los creadores de herramientas. La propia revista de la casa señala que los aficionados a los relojes complejos y caros ignoran este trabajo: "Nadie celebra a estos creadores, ni los etiquetan en Instagram, tampoco les otorgan un premio GPHG (los Oscar del sector". ...

Karelia Vázquez. El País Semanal, 2 de noviembre de 2024

viernes, 8 de noviembre de 2024

Juana de Arco en la nave 10 de Matadero

Juana de Arco, espectáculo de Sergio Martínez Vila y María Pazos, con dramaturgia  y dirección de esta última, que podrá verse en la sala Max Aub (en Nave 10 Matadero ) hasta el 3 de noviembre. La obra, que busca reescribir el mito de la doncella de Orléans más allá de la versión oficial que ha llegado a nuestros días, está protagonizada por un elenco íntegramente femenino: Lucía Juárez, Bea de Paz, Ana Polvorosa, Georgina Amorós, Katalin Arana, Macarena García y Joana Vilapuig (en el papel de Juana de Arco).

Juana de Arco vive una gran transformación a partir de su contacto con lo divino.  Con apenas diecisiete años, acude a la corte del Delfín Carlos VII para que el heredero ponga en sus manos la conducción del ejército. Contra todo pronóstico, la joven -que afirma hablar en nombre de Dios-consigue levantar el asedio inglés a la ciudad de Orléans y convertirse en una líder para los soldados y el pueblo. Los caminos del espíritu, no obstante siempre acaban transgrediendo los terrenales, de forma que Juana se precipita de la gloria al juicio por herejía.

El relato de la doncella de Orléans, a caballo entre la historiografía y el mito. ha alimentado el imaginario colectivo durante los últimos seis siglos, dándole obras muy notables al cine y a la escena. La tragedia de una joven que movida  por la fuerza de su conexión espiritual, se enfrenta valerosamente a los poderes de su tiempo es tan relevante hoy como lo ha sido en el pasado.

Marta Pazos dirige a un elenco de siete mujeres que junto a la palabra de Sergio Martínez Vila, reivindica la figura de Juana de Arco como una luz desafiante  y una "llama de amor viva" en un periodo de oscuridad aplastante. Una propuesta épica  que se asienta sobre un lenguaje inspirado en la poesía  y la visión místicas. Un espectáculo que busca reescribir el mito más allá  de la versión oficial  que ha llegado hasta nuestros días.

Marta Pazos: "Seguimos viviendo en un mundo repleto de Juanas de Arco que, con su historia, su actitud, su martirio, cambian el curso de la historia".

Madridesteatro.com, 3 de noviembre de 2024.

jueves, 7 de noviembre de 2024

Kamel Daoud premio Goncourt 2024

El escritor argelino Kamel Daoud ganó este lunes el premio Goncourt, el más prestigioso de las letras en francés, por su tercera novela, Houris, un relato sobre las secuelas para una mujer  de la guerra civil  en Argelia en los años noventa, anunciaron los miembros del jurado. El ganador del Goncourt recibe un cheque simbólico de 10 euros, pero automáticamente se convierte en superventas y se traduce a decenas de lenguas. 

El premio se dio a conocer en el restaurante Drouant de París. Daoud, de 54 años, se impuso entre otros al francoruandés Gaël Faye, quien también sonaba como favorito con su esperada segunda novela Jacaranda,  que se centra en la reconstrucción de su Ruanda natal tras el genocidio de 1994; su debut, Petit Pays le lanzó a la fama en 2026. Completaban la lista de finalistas dos escritoras francesas, Sandrine Collette y Hélène Gaudy.

Houris que ya obtuvo el mes pasado el Premio Landernau del Lector, está narrada desde el punto de vista de Aube, una joven argelina que es superviviente de una masacre perpetrada por los islamistas en 1999. Con esta novela, el autor argelino afincado en Francia denuncia el silencio impuesto en su país natal sobre la llamada década oscura, así como contra la suerte  de las mujeres, condenadas a "morir en cada momento", explicaba Daoud en Libération.

 La temática de Houris ha generado problemas y censura al libro, que está prohibido en Argelia, ya que el país veta cualquier obra que evoque este periodo de guerra civil. A pesar de la prohibición  va a participar en el Salón de Argel, que se celebra entre el 6 y el 16 de noviembre, este nuevo trabajo del escritor está gozando de un gran éxito en Francia, donde ya ha vendido más de 60.000 ejemplares según datos de GFK. La novela transgrede, en efecto, un artículo  de la Carta por la  Paz y  la Reconciliación Nacional,  que prohíbe la mención de las "heridas de la tragedia nacional", expresión que alude  a la guerra civil que, entre 1992 y 2002, enfrentó a grupos islamistas con el ejército argelino, causando entre 60.000 y 200.000 muertos y miles de desaparecidos.

"Es su sueño, pagado con sus años de vida. A mi padre fallecido. A mi madre aún viva, pero que ya no recuerda nada. No existe palabra alguna para expresar el verdadero agradecimiento", escribió Kamel Daoud en X, en un mensaje acompañado de la foto de sus padres.

Anunciado desde hace semanas como favorito, Houris sucede a Cuidarla, de Jean-Baptiste Andrea (L'Iconoclaste). Con esta novela, Kamel Daoud figuraba por segunda vez en la fase final del Goncourt , once años después de Mersault, contra investigación (Actes Sud, 2014), que finalmente obtuvo el Goncourt a la primera novela. La última década ha sido la de la consolidación del escritor, nacido en 1970 en Argelia, en Mostaganem, durante mucho tiempo periodista  en Le Quotidien d'Oran y cronista de Le Point, como una figura importante del debate público en Francia.

El Goncourt premia también a Gallimard, la editorial de Daoud. A diferencia de años anteriores, en los que había podido consolarse con el Gran Premio de la Academia Francesa (Giuliano da Empoli en 2022, y Dominique Barbéris en 2023), hasta ahora no había obtenido ningún premio en la temporada literaria. Además, durante dos años consecutivos fue derrotada en la final: en 2022, Giuliano da Empoli perdió ante Brigitte Giraud (Vivre vite, Flammarion), y en 2023 Éric Reinhardt fue derrotado frente a Jean-Baptiste Andrea (Veiller sur elle, L'Iconoclaste).

Daniel Verdú. París, 4 de noviembre de 2024.

miércoles, 6 de noviembre de 2024

Hélène Louvart. Directora de fotografía

Hélène Louvart.
Que la directora de fotografía Hélène Louvart sea desconocida para el gran público no le importa en absoluto a la cineasta francesa, que en septiembre cumplirá 60 años, casi 40 de ellos en activo. Louvart se pone al servicio de los cineastas "siempre desde la colaboración y el respeto", y en sus más de 130 trabajos como directora de fotografía aparecen obras tan poderosas como  Las playas de Agnès, de Agnès Varda; Pau y su hermano de Marc Recha, Pina de Win Winders; Lazzaro feliz y La Quimera, de Alice Rohrwacher; Petra y Girasoles silvestres, de Jaime Rosales; Maya de Mia Hansen-Love... Ha colaborado con Claire Denis, Christophe Honoré, Jacques Doillon, Léos Carax y ahora con Scarlett Johansson, que ha debutado como directora de largometrajes en Eleanor the Great. Louvart es la referente del cine de autor. Presente en Madrid  en un seminario de la primera edición de Ecamforum, de la Escuela de Cine de la Comunidad de Madrid, la ganadora de la Caméra d'Or de Cannes 2021 y del Oso de plata de Berlín en 2023 por Disco Boy, saca su ojo a pasear cuando se cambia una camisa  para que el color de la ropa no se funda con el de la pared donde posa.

P.- La vi trabajar en el rodaje de Petra, de Jaime Rosales, y me pareció que era usted muy precisa. No sé si porque aquella película enlazaba planos secuencia o porque es así habitualmente.

R.- Al tratarse de esos planos secuencia, la perspectiva que se tomaba estaba muy vinculada a los actores y a la acción. Era como una tercera entidad. De ahí la precisión. Cada plano secuencia es una biografía. Yo soy dúctil porque el placer de mi trabajo reside justamente en adaptarme o comprender lo que quieren los directores. Y luego plegarme ante lo que quieren. Lucho por que las películas sean lo más sinceras posibles.

P.- ¿Le importa la opinión de los espectadores?

R.- Me gusta lo que hago. Me gustan las películas en las que trabajo y me importa ser sincera conmigo misma. Todo lo demás, lo que significa en comparación, es un sistema en el que no entro para nada.

P.- Usted acabo de estudiar en la escuela Louis-Lumière en París (Louvart nació en Pontarlier, al este de Francia) y pasó directamente a trabajar como directora de fotografía. ¿Cómo fue tan fácil?

R.- De manera orgánica. En la escuela, donde estudié Imagen, hacía cortometrajes. Seguí colaborando con mis compañeros de promoción, pasé a los documentales, y nunca paré. La gente te llama por lo que has hecho, básicamente, y yo he encadenado proyectos.

P.- ¿Tuvo algún referente? Las directoras de fotografía eran contadas en Europa antes de usted.

R.- Efectivamente, no tuve ningún referente femenino cuando empecé. Mis referencias eran las películas, y no me fijaba en una persona en concreto. Pertenezco a una generación que hacíamos cosas, sin pararnos a reflexionar mucho sobre si se podían hacer o no.

P.- ¿En alguna ocasión  ha priorizado trabajar con una directora en vez de un director, o ha buscado apoyar a realizadoras?

R.- No entro para nada en este enfoque masculino-femenino. Que haya hombres y mujeres en todos los equipos, eso es lo que hace el trabajo interesante. ¿Sabes a lo que doy muchísima importancia? A la actitud, al comportamiento. Cada vez acepto menos a hombres o mujeres que tengan un comportamiento que me desagrada.

P.- Su filmografía en la última década encadena acierto tras acierto. ¿Cómo lo hace?

R.- Elijo basándome en tres factores. Primero analizo si hay algo detrás de un guion, no es solo otra historia más. Luego, si la persona que va a dirigir la película es sincera  con respecto a ese guion y a esa temática. Y en tercer lugar, comprender si ese cineasta está dispuesto a ir un poco más allá. Porque ir un poco más allá requiere búsqueda, requiere investigación y requiere trabajo.

Gregorio Belinchón. El País, jueves 20 de junio de 2024.

martes, 5 de noviembre de 2024

Miró y Matisse. Dos inagotables fuentes de innovación

El vitalismo de Miró y Matisse estalla en la gran exposición que los junta por primera vez  en las salas de la fundación barcelonesa del artista catalán. Se llega al final del recorrido de MiróMatisse, más allá de las imágenes con una sobredosis de energía, color y belleza, un chute de renovados vigor y optimismo. Y entonces, en la última sala, estalla el azul: Pintura (el guante blanco) de Joan Miró, Vista de Notre-Dame de Henri Matisse, mano a mano, una al lado de la otra, sus tonalidades maravillosas conversando sobre la pared blanca de la Fundación Miró de Barcelona. "Dos azules tan diferentes que dialogan tan bien, dos formas de entender el arte en comunicación entre ellas", exclama el director del centro, Marko Daniel, entusiasmado. "Vemos el mundo de forma diferente gracias  a la forma en que lo vieron y representaron Miró y Matisse; los pintores contemporáneos aún beben de la inmensa fuente  de innovación que son estos dos artistas". 

La gran exposición  sobre la relación entre los dos creadores, organizada y producida por Miró con el Musée Matisse de Niza, llega ahora a Barcelona (hasta el 9 de febrero de 2025) después de su éxito en el museo francés y con el plus del luminoso edificio  de Sert, donde la muestra alcanza una nueva dimensión. La idea original, según recalcó  ayer en la inauguración  de la exposición su comisario, Rémi Labrusse, no era mostrar la influencia de un artista sobre otro, ya sea del mayor  sobre el más joven (Matisse, de 1869, tenía 23 años más que Miró, de 1893), o al contrario, sino "los estímulos recíprocos" que se proporcionaron entre ellos. Cada uno hizo su camino. El desafío era enseñar obras que no se parecen pero que dan sensación de comunicación; más allá de la noción de influencia o de imitación, se trata de enseñar la energía compartida  de artistas que, cada uno desde su perspectiva, pusieron en tela de juicio  la tradición pictórica y fueron muy lejos en la deconstrucción y reconstrucción del arte". Labrusse destacó el "vitalismo" como la sensación más importante en la que coinciden ambos pintores. "Su voluntad de producir una energía vital más allá de las imágenes".

La exposición patrocinada  por la Fundación  BBVA, sigue cronológicamente las carreras de Miró y Matisse, quienes pese a sus concepciones pictóricas aparentemente distintas (surrealismo y fauvismo), se admiran mutuamente y fueron buenos amigos a partir de que Pierre Matisse, el hijo del pintor, se convirtió en marchante de Miró en 1934 (y fue capital en la difusión de su obra en EE UU). 

                                                  (Foto: Massimiliano Minocri)

El trayecto por la vida y obra de ambos pintores permite contemplar obras sensacionales -la visita es una experiencia estética de primer orden- con los cuadros y dibujos  de Matisse y Miró chispeando entre ellos en un feliz baile  electrificante de colores y motivos. En le recorrido , entre muchas otras cosas, grandes desnudos, Desnudo de pie (1918), de Miró, y Figura decorativa con fondo ornamental (1925-26), de Matisse; Naturaleza muerta, interior rojo de Venecia (1946) del francés, y Ocells en el espai (1959) del catalán ; la hipnótica Odalisca con cofre rojo, de Matisse, que contrasta por su sensualidad con la inocencia de la Margarita leyendo  del mismo pintor...

Desde el inicio, cuando la exposición  señala la experiencia  mediterránea de ambos (Matisse se instaló en Colliure, donde inventó el fauvismo con Derain en 1905), se puede ir comparando obras (55 matisses y 53 mirós): paisajes como Colliure en agosto (1911), del francés, y Cambrils, la playa (1917) del catalán, o naturalezas muertas como Las calabazas, de Matisse (1915-16), y Naturaleza  muerta (luz de carburo), de 1922-23 de Miró. Se documenta minuciosamente la relación: Miró había oído hablar de Matisse antes incluso de su primer viaje a París en 1920, a través de pintores francófilos como Joaquín Sunyer. Vio su primer matisse, Naturaleza muerta con calabaza, en 1917, en la exposición  de arte francés en Barcelona. En la muestra de arte francés de vanguardia en la capital catalana  en las Galerías Dalmau en 1920 expusieron juntos (se puede ver el catálogo en una vitrina). Una foto  muestra ya a los dos pintores sentados conversando en la terraza de café Les Deux Magots en 1936...

Jacinto Antón. Barcelona. El País, miércoles 23 de octubre de 2024.

lunes, 4 de noviembre de 2024

69ªSeminci. "La tutoría"

Armand tiene seis años y es acusado de abusar sexualmente de su amigo Jon. La tutoría, primer largometraje del director noruego Halfdan Ullmann Tondel (Oslo, 34 años), enfrenta una mirada adulta del espectador, y sus prejuicios, a actitudes infantiles que pueden ser consideradas niñerías... o una barbaridad. El cineasta presenta en la Seminci de Valladolid su primera película con el eterno peso de su linaje, como nieto de Liv Ullmann e Ingmar Bergman. "Me siento en casa haciendo cine", reconoce el autor, que se ha puesto tras las cámaras pese a que en un momento trató de huir de la tradición familiar. En Cannes, donde se estrenó este drama que aún no tiene fecha de su llegada a España, Ullmann Tondel ganó la prestigiosa Cámara de Oro, que reconoce a la primera película  en cualquiera de sus secciones. Desde entonces La tutoría ha generado cierta controversia, ante la que Ullmann se muestra indiferente: "Me emociona generar tensión e incomodidad". 

La película, que avanza marcada por la sombra del ausente Armand (cuyo nombre bautiza el filme en su título original) hasta el final, la madre del niño acusado, Renata Reinsve (La peor persona del mundo), una figura de la que resulta fácil sospechar: actriz, viuda reciente, mujer histriónica, alocada para la convencionalidad de los padres, presunta mala madre y probable fuente de las actitudes irreverentes de su hijo. Sobre los dos recae la culpa vertida por otra madre hermana a su vez del fallecido padre de Armand. No hay pruebas más allá del testimonio de la supuesta víctima.

El director presenta el drama en un colegio el último día de curso: padres pululando entre perchas, dibujos, pizarras y pupitres, mientras que en aula apartada  el director, la profesora  y la jefa  de estudios tratan de explicar a los padres de dos alumnos que uno ha vejado al otro. Ullmann juega con golpes cotidianos de distensión: sangran narices, una alarma estropeada grazna rompiendo la tensión de la charla, hay ataques de llanto y de risa, y el deseo oculto  y la venganza latentes se cuelan en un retrato de errores e intereses de los adultos al gestionar situaciones causadas por niños. (...)

El director afirma que la obra no se centra solo en sus recuerdos infantiles. "Fui niño, fui profesor y ahora soy padre". dice y subraya que su linaje le hizo recelar del cine y tratar de desempeñarse en otras tareas. Buscando desafíos, estudió Psicología, Economía y Periodismo, donde descubrió la producción audiovisual. Y así se lanzó a los cortos y, luego, a este largometraje. Eso sí, existen paralelismos  con algunos de sus personajes  y Ullmann confiesa un eco en la madre artista de Armand: "Hay mucho de mí en esta película, de mi personalidad, de mis sentimientos, a veces destructivos, de mi forma de pensar y de mis experiencias".

Juan Navarro. Valladolid. El País, miércoles 23 de octubre de 2024.

domingo, 3 de noviembre de 2024

Guy Sorman: "La democracia liberal ha ganado, es universal"

Guy Sorman

Referente del pensamiento liberal europeo, ensayista y economista, el francés Guy Sorman (París, 1944) no se alinea con el pesimismo sobre el futuro de la democracia liberal. Al contrario, considera que ésta ha ganado y que los populismos están en declive tras el Brexit. Autor de numerosos ensayos, entre los que destacan La revolución observadora, Salir del socialismo, Esperando a los bárbaros o La solución liberal, Sorman impartió clases en el Instituto de Estudios Políticos de París, entre 1970 y el año 2000, y fue asesor de los gobiernos de Jacques Chirac y Alain Juppé. Es además un buen conocedor de la actualidad española.

 P.-El pensador británico John Gray sostuvo recientemente en este diario que estamos ante una situación muy parecida al preámbulo de la I Guerra Mundial, con el auge de los totalitarismos y con unos lideres políticos sonámbulos .

R.-No hay motivos para ser tan pesimistas. La situación actual es completamente diferente a la de entonces, mucho más compleja. Hace un siglo todo estaba centrado en Europa, pero  hoy Europa solo es una pequeña parte del mundo. Y que, además, influye cada vez menos. La diferencia es que todo es global y Europa ya no es el centro del mundo. Hoy debes incorporar a otros países como China, India, Corea, Arabia Saudí... Además la tecnología lo ha cambiado todo y han aparecido  nuevas ideologías como el ecologismo. Hace un siglo la vida política y la vida social estaban dominadas por ideas muy simples como el marxismo y el fascismo. En cambio, en estos momentos no hay ideologías simples, todo es muy complejo, global, cambiante. Y está la velocidad: lo que hoy puede ser verdad mañana ya está obsoleto.

P.- ¿No está amenazado el viejo orden global, nacido de las cenizas de la II Guerra Mundial, y que es el que sirvió para construir la vigente prosperidad occidental?

R.- El mundo hoy se divide entre democracias y autocracias, ya no se divide entre marxismo y liberalismo. Siendo esto cierto y con las tensiones que genera, también lo es que nunca el sistema democrático había sido tan fuerte. La democracia está extendida por toda Europa o en Japón que hace un siglo no era una democracia liberal o en la India, que era una colonia británica. En Hispanoamérica también hay democracias aunque estas no son perfectas. Podemos decir que la democracia, por tanto ha crecido y se ha fortalecido y ya no es un sistema solo apto para los países occidentales: funciona muy bien en Taiwan y Corea del Sur... Esto es una gran noticia  para la democracia liberal porque se ha convertido en un valor universal. Incluso en dictaduras como China o Rusia, lo que las clases más preparadas e intelectuales quieren  es disfrutar de la libertad  que ofrece la democracia. Significa que los países que tiene una democracia  liberal son más prósperos económicamente. La Unión Europea es  buen ejemplo de ello: el mayor éxito de la democracia liberal. ¿Quién podía imaginar  a principios del siglo XX que nos íbamos a convertir  y sentir como ciudadanos europeos? Las democracias son muy fuertes y el único modelo para el resto del mundo. Autócratas como Putin, Xi Jinping o Erdogan  quieren acabar con ella porque la temen. Saben de su éxito y que muchos de sus conciudadanos la desean. Rusia, Irán o China no ofrecen un universo moral, nuestra democracia liberal sí. (...)

P.- Usted que vive  entre Estados Unidos y Normandía, ¿Cómo ve desde la distancia  la situación en España?

R.- Cuando era muy joven solía pasar mis vacaciones en un pueblo muy pequeño de Cataluña en el que vivía mi primo. Si comparo la España de entonces con la actual, el progreso y la modernidad son innegables. Es un país libre y europeo que además ha recuperado mucha influencia económica y cultural en Latinoamérica lo que es muy importante porque hace que España  no solo sea parte de Europa, sino también de América. Sin embargo tiene dos problemas políticos: la izquierda y el independentismo. La izquierda se ha quedado sin argumentos, porque el socialismo y el marxismo ya no funcionan, así que tienen que inventar una estrategia de división social para mostrar que algo tiene que decir. Un ejemplo de esa política divisoria que agita un regreso simbólico a la Guerra Civil, es la amnistía. Mientras que el independentismo es un problema de narcisismo  insaciable sin que les importe que la identidad vasca y catalana esté respetada y ampliamente protegida en España por la Constitución. Quizá haya que empezar a  decirles claramente  al nacionalismo  le realidad. 

Iñaki Ellacuría. El Mundo, 19/10/2024. 

sábado, 2 de noviembre de 2024

La Fundación Cartier desembarca frente al Louvre

       La nueva sede de la Fundación Cartier en el corazón del Palais Royal.
                                             (Foto: Luc Boegly)

Cuando era solo un treintañero, Alain Dominique Perrin (Nantes, 82 años) tuvo dos anticuarios en Le Louvre des Antiquaires, los famosos grandes almacenes de antigüedades ubicados en un majestuoso edificio de estilo Segundo Imperio frente al Museo del Louvre de París. Mas de medio siglo después, Le Louvre des Antiquaires ya no existe -cerró en 2018- y Perrin lleva mucho tiempo sin ser anticuario. Tras su aventura en el negocio de la almoneda llegó a ser presidente de la maison Cartier para el Arte Contemporáneo. "Ahora vuelvo al lugar donde empezó mi vida  profesional", anuncia el ejecutivo y mecenas en conversación con El País Semanal.

A finales de 2025, Perrin inaugurará una nueva sede de la Fundación Cartier en el edificio donde funcionó Le Louvre des Antiquaires. Es el broche de oro a su carrera y la guinda del pastel para la institución  que él mismo fundó en 1984. Su amigo el arquitecto Jean Nouvel es el encargado del colosal proyecto de rehabilitación de esta joya haussmaniana que se extiende  a lo largo de 150 metros de la calle Rivoli. Serán casi 9.000 metros cuadrados  consagrados al arte en el corazón de Palais-Royal.

"Termino mi carrera donde la comencé. Es emocionante", insiste Perrin en un perfecto castellano. Lo aprendió en el colegio,  en su Nantes natal, y lo perfeccionó viviendo una temporada en Argentina. "Palais-Royal es el mejor sitio de París y del mundo", continúa, parafraseando a Étienne Léon de Lamothe-Langon: "París es la capital de Francia y Palais-Royal es la capital de París". "¿Que más se puede pedir?". pregunta Perrin, vestido con un elegante traje  de raya diplomática, mientras bebe un café en su despacho en lo más alto de la actual sede de la fundación, un cubo de acero y cristal diseñado por Nouvel en el boulevard Raspail.

No puede pedir más porque lo ha conseguido todo, incluidas la distinción de comendador del Legión de Honor  y la Orden Nacional del Mérito y los títulos  no oficiales  del "rey  Midas del lujo" y "gran mecenas" de la cultura. Su oficina, con grandes vistas a la ciudad, está llena de premios y reconocimientos a su carrera. En 1975 se convirtió en presidente de Cartier, parte del grupo Richemont, y desde  esa posición  modernizó y expandió la casa de joyería de lujo. Fue él quien creo el concepto de Les must de Cartier e impulsó la reedición de modelos históricos de la maison. Pero su decisión más audaz y visionaria  fue crear  una fundación para apoyar todas las disciplinas del arte contemporáneo. Aquel experimento  de patrocinio  corporativo  ya es la norma. Hoy, todos los grandes grupos de moda de lujo -LVMH, Kering, Hermès, Prada- tienen fundaciones y proyectos para fomentar el arte y la cultura. 

La Fundación Cartier no habría existido sin Perrin, pero tampoco sin la llegada del socialista François Mitterrand al Elíseo, en 1981. "En Francia estamos en un régimen socialista desde entonces. Con ellos cambió el lenguaje y me di cuenta de que nosotros, Cartier, también teníamos que cambiar. Teníamos que rejuvenecernos. ¿Y que mejor forma de hacerlo que con los nuevos idiomas del arte?, admite.

Su amigo César, el gran escultor francés, fue quien le dio la idea de crear una fundación dedicada a financiar y exponer las obras de jóvenes artistas, "César me dijo: 'Perrin, nosotros los artistas necesitamos pasta'. El problema siempre es el mismo: el sector público es pobre, no tiene dinero. Nosotros sí tenemos dinero", explica. Después de 40 años y más de 300 muestras, la fundación tiene una colección  de 4.500 obras de más de 500 artistas de 50 países, incluidas piezas de grandes nombres como Nan Goldin, Ron Mueck, Agnès Varda o David Lynch.

"Cuando tomamos la decisión  de montar una exposición, no pasan más de tres meses entre la firma del convenio y la ejecución de la muestra. Eso es lo que les gusta a los artistas : nuestra rapidez. Con el Ministerio de cultura pueden pasar tres años. La lenta burocracia estatal no puede competir con nuestra velocidad", sentencia Perrin.

La Fundación Cartier que empezó a operar en el castillo Domaine du Montcel, en Jouy-en-Josas, cerca de Versalles, fue un éxito inmediato con muestras dedicadas  a temas tan variados como Ferrari, el rock and roll o los grafitis, "Al principio la competencia estaba algo perdida. Cuando hicimos la exposición de Ferreri, en 1987, la gente del arte me dijo:"¡Estás loco!¿Vas a abrir un garaje?. Tres años después, el Centro Pompidou hizo una exposición sobre el diseño automotriz. Llamé a su director  y le dije: "¿Tú también vas a abrir un garaje?".

En el verano de 1986, Perrin invitó a François Léotard, ministro de Cultura, a inaugurar  la exposición Los años 60. Sin saberlo, ese día iba a cambiar la historia de la cultura francesa. "En medio de su discurso, sin decirme nada antes, Léotard anunció que yo había aceptado  elaborar un proyecto de ley de mecenazgo privado en Francia. Me quedé mudo", recuerda. Entre el público estaba Ringo Starr, Françoise Hardy y André Courrèges.

Perrin no pudo negarse. Reclutó a 44 estudiantes de las mejores universidades de París y los mandó a recorrer el mundo para analizar como se hacía el mecenazgo en otros países. Unos meses después presentó al ministro de Cultura un extenso informe para desarrollar la filantropía privada "a la francesa" . En julio de 1987 , el Parlamento aprobó la "ley Léotard" con amplia mayoría. La norma sentó las bases de uno de los regímenes de mecenazgo más modernos en Francia, cada donación se beneficia de una deducción fiscal del 66% en el caso de los particulares y del 60% para las empresas...

Martín Bianchi. El País Semanal, 25 de octubre de 2024.

viernes, 1 de noviembre de 2024

Israel Galván: "Mi Carmen es un videoclip"

Israel Galván. (Foto: Sabine Hauswirth)

El coreógrafo y bailaor clausura la XXIII Bienal de Flamenco este domingo con Carmen. Estreno absoluto que enfrenta al artista con el célebre personaje de Merimée sobre el escenario del Teatro de la Maestranza. En solitario. Dice Israel Galván (Sevilla, 1973) que el baile siempre ha estado lleno de mujeres fuertes, y pone como ejemplo a Carmen Amaya, a Lola Flores o a las pícaras sicalípticas de hace un siglo. "Son mujeres libres, sensuales, con un imaginario grande e innovador. Y al igual que evoluciona la vida, Carmen lo hace también. Al final nos recuerda esas cosas simples que nunca se pierden: en este caso, "el amor", explica el coreógrafo y bailaor a El Cultural.

El 150 aniversario de la ópera de Bizet le ha servido de acicate para enfrentarse a uno de los mitos españoles más populares, sobre todo en el extranjero. "Los que vienen de afuera suelen ver las cosas que los de dentro no ven", afirma certero el coreógrafo. "Desde pequeño había escuchado obras como El amor brujo o Carmen. Son obras como 'de la familia' en cualquier academia de baile, pero siempre las veía como un cliché y eso me alejaba de ellas", confiesa. El sevillano, hijo de los bailaores José Galván y Eugenia de los Reyes, se fue nutriendo del ambiente flamenco de su vida diaria. Sin embargo, su intuición creadora ha ido más allá de lo preestablecido, incluso dentro de su generación, empleando recursos innovadores en su ámbito. "Tengo más familiaridad con clásicos como La consagración de la primavera, por ejemplo; vi que podía interpretar  la música de Stravinski y el lenguaje coreográfico de Nijinsky con mi baile. Con el tiempo he descubierto Carmen. Durante años lo tenía tan cerca que no lo veía", insiste. (...)

Esta Carmen está montada por su propia compañía, el Teatro de la Maestranza de Sevilla en coproducción  con Les nuits de Fourvière -Festival international de la Métropole de Lyon, en colaboración con el INAEM y las funciones en Sevilla cuentan con el apoyo del Instituto Ibero americano de Finlandia, dentro de la misma iniciativa pARTIr financiada por la NextGenerationEE.UU. Es una versión libre y valiente  de la novela de Merimée en la que el bailaor personifica en soledad  el triángulo amoroso protagonista, acompañado por las prodigiosas voces  de Nancy Fabiola Herrera como Carmen, José Bros como Don José y ángel Ódena como Escamillo. María Martín los acompaña al cante y guitarra, mientras María Itkonen se pone al frente de la Real Orquesta  Sinfónica  de Sevilla. "Yo soy una persona, un espíritu que baila y cuando bailo no quiero saber muy bien quién soy: un hombre, una mujer... o en este caso un trío", explica. "Si Carmen representa la sensualidad, la fuerza y la libertad  -dice el bailaor-, Don José, en clave de baile, es para mí un flamenco más académico, más militar, Escamillo es el baile más gitano. Pero a la vez no es que yo quiera vestirme de mujer, es que soy una mujer: soy y bailo la parte más libre". Galván resucita así  la tensión del triángulo amoroso. "Me interesa más un trío que un dúo. No me quiero meter en cosas religiosas, pero en todas las culturas  aparecen triángulos", añade. Se reconoce tímido por naturaleza y quizás por eso le gusta bailar en soledad, aunque suponga un enorme reto interpretativo: "Prefiero bailar yo mismo con varios personajes", aclara. (...)

Sin pudor, Israel Gálvez confiesa que con esta Carmen ha pretendido hacer un videoclip  de una ópera, cogiendo los hits. A sus 51 años, el sevillano se define  como "una persona que baila". A estas alturas de su carrera  no se plantea  que deba demostrar  nada ni bailar  con gran virtuosismo . "Estoy más encaminado en 'saber estar' cuando bailo y en descubrir  en mí cuerpos nuevos . Con el tiempo, hay que saber utilizar tu cuerpo según cada momento de la vida".

Elena Matamoros. El Cultural 4-10-2024.