domingo, 12 de febrero de 2017

Cerezos japoneses en París, 2

Las huellas de la fascinación entre Francia y Japón son recíprocas y llegan hasta nuestros días. A media calle en la pintoresca rue Jacob, en pleno Saint-Germain-des Près, apenas se atisba un diminuto local en madera clara con una banderita que asoma desde la puerta con tres enigmáticos aros pintados. Se trata del pabellón Miwa, recinto exclusivo recubierto con el mismo cedro sagrado (hinoki) con el se construyen los templos en Japón. Allí se celebran  dos ceremonias para los socios del club: el rito del té y una iniciación en el origata, el arte de envolver regalos. Una tradición de 700 años. Más antigua que el origami.... A pocos pasos del Trocadero, en el exclusivo distrito XVI, hay un lugar  donde también se celebra la ceremonia del té. En un jardín lateral del Museo Guimet, dedicado a la historia y artes asiáticas, se encuentran entre enormes bambúes, las galerías del panteón budista. La entrada es gratuita  y tiene todos los encantos que Junichiro Tanizaki edescibiera en su libro El elogio de la sombra. El efecto que produce esta atmósfera es de paz. Asomarse por el Museo ya ofrece un recorrido encantador, lleno de esculturas de distintas épocas y uniformes samurais. En primavera los cerezos japoneses también florecen en París. Se pueden apreciar en el sureño parque de Montsouris, enorme y uno de los menos explorados de la ciudad. O en los jardines de la Maison du Japon, de la cerna Ciudad Universitaria, donde además, se puede admirar el tríptico La llegada de los occidentales a Japón (1929), del nacionalizado francés Tsuguharu Foujita, en el Gran Salón de la maison. Para finalizar este recorrido debemos trasladarnos hasta el 57 bis de la rue Babylone. A pocos pasos de los Inválidos y de los almacenes Le Bon Marché. Una suntuosa padoga del siglo XIX acoge en esta esquina uno de los teatros de cine más bonitos del mundo. La historia del local resume bien la de la curiosidad que se desató en Francia tras la apertura de las relaciones comerciales con el país del sol naciente en 1863.
Camilo Sánchez. El País, 30 de abril de 2015. 

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