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Oliver Bourdeeaut |
Oliver Bourdeaut presenta Esperando a mister Bojangles, su primera y sorprendente novela, que ha triunfado en Francia. Relata su extraordinaria historia como si de un cuento de hadas se tratara: "Estaba en París, en una situación precaria. Salía mucho de fiesta. Iba sin rumbo. Llamé a mis padres: les dije que estaba muy deprimido y les pregunté si podía venir a España a buscar refugio. No viene para escribir. Por lo general, cuando digo que voy a hacer algo, al final no lo hago. Salí en pleno invierno , con cinco grados bajo cero, nevaba, todo era muy triste ne París. En el avión ni siquiera tenía una historia en mi mente. Aterricé y antes de llegar a Altea la Vella, nos paramos en un estanco en la carretera. Yo estaba escuchando un poco de jazz, el tiempo era maravilloso, el viento cálido, olía a azahar, a jazmín. Al día siguiente me levanté a las 5,30 para empezar una novela sin tener ningún argumento. Había escrito un libro muy largo , cínico, violento que nadie quiso, y solo sabía que quería escribir algo totalmente opuesto". Y Olivier Bourdeaut (Nantes, Francia, 1980) lo hizo. En siete semanas, este antiguo agente inmobiliaria, fumigador y fontanero escribió una fábula luminosa sobre una pareja embriagada de bailes, cócteles, manjares y libros, con un principio deslumbrante, lúdico, narrado a través de los atónitos ojos de un niño. "Necesitaba algo de luz una ración de optimismo", recuerda el novelista en una soleada mañana invernal. La terraza de su casa se abre sobre una pequeña playa donde las olas mueren mansamente en la orilla. Hoy, tras el gran éxito el pasado año en su país de su primera novela, Esperando a míster Bojangles (Salamandra), el escritor se ha establecido en las afueras de la ciudad alicantina de Altea, no muy lejos de la casa de sus padres jubilados, en la sierra de Bèrnia, de camino a la encastillada y pintoresca localidad de Guadalest. Estos escenarios naturales, que disfrutaba mientras escribía, son recreados de manera difusa en la novela. Los padres protagonistas compran un castillo en España para proseguir su disoluta y hedonista vida, y allí y en París transcurre la acción de un libro cuyo título remite a la estupenda versión de Nina Simone de la canción Míster Bojangles. "Esa canción estaba en mi iPod y me pareció que la voz era muy cálida, melancólica, pero también con puntos de alegría. Era mi compañera: la escuchaba en bucle", explica.....
Ferran Bono. Altea. El País, lunes 13 de febrero de 2017
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