En tiempos de muros y de vallas, no sobra recordar la figura de Picasso como puente entre las culturas española y francesa. Dos tapices del artista, un género muy poco común en su trabajo, han viajado desde Francia a la residencia de su embajador en Madrid para ocupar las paredes en las que colgaban dos textiles del siglo XVII que necesitaban ser restaurados. Las piezas de Picasso están basadas en su collage Femmes à leur toilette que se conserva en el Museo Picasso de París. Representan la misma escena de mujeres acicalándose: uno mantiene los colores del collage; el otro es gris, blanco y negro, como si del Guernica se tratase. Normalmente permanecen almacenadas y el Estado francés no las muestra. El director general del Instituto Francés de España, Nicolas Kassianides, consciente de que su nuevo emplazamiento es un lugar de acceso muy restringido, señaló a El País que se están buscando fórmulas para organizar algún tipo de visita. Las dos obras del autor malagueño estarán en Madrid el tiempo que dure la restauración de los tapices que ocupaban esas paredes, también parte de la historia común entre Francia y España: uno representa el Tratado de los Pirineos, firmado por ambos estados en la isla de los Faisanes en 1659, y el otro el matrimonio al año siguiente de María Teresa de Austria con Luis XIV, abuelo de Felipe V, el primer Borbón que reinó en España. Estas piezas son una muestra de los puentes que hay, que hubo y que habrá entre ambos países. En torno a esta idea de "leer el pasado para escribir el futuro", se presentó ayer la programación de la temporada cultural francesa de 2017 del Instituto Francés, que lleva por título Memoria(s) del futuro....
Rut de las Heras Bretín. Madrid. El País, viernes 3 de febrero de 2017
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