El camino de la redención está siendo más complicado de lo que Bertrand Cantat esperaba. Han pasado 15 años desde que el líder de Noir Désir matara a puñetazos a su novia, la actriz Marie Trintignant, en Vilna y destruyera por el camino una de las bandas de rock más icónicas de Francia. Cantat ya cumplió su sentencia, ocho años de prisión de los que solo pasó tres y medio en una cárcel francesa, antes de salir, en octubre de 2007, por buena conducta. Desde entonces ha participado en diversos proyectos, pero su gran paso para reconquistar al público francés iba a ser la gira de su primer disco en solitario, Amor fati, que acaba de comenzar. Pero las cosas no dejan de torcerse.
Primero su malhadada portada en Les Inrockuptibles en octubre, que provocó tantas críticas que la revista musical francesa tuvo que disculparse. Ahora, la polémica revive con la decisión de dos festivales de cancelar el concierto de Cantat que tenían agendado, ante intensas presiones públicas. Y nadie cree que se acabe aquí. Tras Les Escales de Saint-Nazaire, en el oeste del país, ha sido el festival normando Les Papillons de Nuit . La decisión fue tomada después de que más de 70.000 personas -el mismo número de su aforo previsto- firmaran una petición afirmando que la invitación de Cantat "banaliza y avala la violencia contra las mujeres".
Puede que sea porque Francia no es Estados Unidos que gusta de perdonar a sus héroes caídos. Puede también que sea el momento en pleno auge del movimiento feminista Me too que en Francia ha tenido un especial eco. O que, sencillamente, su crimen sea demasiado terrible, como para borrarlo, apunta la periodista de Le Point Anne Sophie Jahn, autora del libro Los siete pecados capitales del rock, sobre los excesos de las estrellas de la música, donde Cantat tiene un capítulo propio... Lo que cuenta la periodista en el libro es grosso modo conocido: la muerte de Trintignant en 2003 y, en 2010, el suicidio de la esposa de Cantat, Kristina Rady, a menudo la gran olvidada de esta historia... El libro transmite una inquietante imagen del artista. Los testimonios en el libro indican que es un hombre con un largo historial de maltratos...Pese a las revelaciones, Cantat sigue contando con un público fiel... Aunque la ministra de cultura Françoise Nyssen, dijo que "la justicia se ha pronunciado" y Cantat tiene derecho a seguir viviendo", su colega de Igualdad, Marlène Schiappa, puntualizó: "Como todo el que sale de prisión, tiene derecho a trabajar. Lo problemático es si se hace de él un héroe. Ante todo, hay que acordase de Trintignant"...
Sylvia Ayuso, París. El País, domingo, 11 de marzo de 2018
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