Al día siguiente empezará nuestro encuentro con la Loire, el río tranquilo, en cuyas orillas tantos castillos... |
Acepté pues la propuesta de mi amiga y es así que el 28 de septiembre pasado, aterrizamos en Madrid de buena mañana, las dos viajeras habituales: viene conmigo C.P.A. de Orense, con la que he compartido otros viajes de los que le hablado aquí, y a la que no me costó mucho convencer de sumarse a la expedición del Club Viajes, Paisajes y Cultura, en su mayor parte antiguos alumnos de la Complutense. El marco de este viaje parece situarse en el extremo del que guardo tan celosamente en mis recuerdos. Los viajeros, muy lejos de los adolescentes con los que solía viajar, son todos de una edad más que respetable, figurando C. P. A y yo entre el sector "juvenil" por decirlo de algún modo si se tiene en cuenta que me acabo de jubilar en el límite legal de la edad. Además por nuestra procedencia enseguida seremos identificadas como "las gallegas", una novedad en este grupo madrileño. El cambio más significativo es que ya no soy yo la que me ocupo de la dirección del grupo como habitualmente. Al llegar a París nos espera una guía con mucha experiencia y sabiduría que empieza por tratar de resolver el incidente de una maleta perdida. Mientras se hacen los trámites de reclamación de la maleta, tomamos un tentempié rápido y salimos en autocar hacia Blois donde nos alojaremos como punto central del recorrido de estos días. Poco después de la salida de París, siempre difícil, es viernes y los coches se amontonan, Marisa, nuestra guía de origen italiano nos presenta el paisaje y sus industrias: las eólicas y las grande llanuras de la Beauce, el granero de Francia, que se extienden ante nosotros.
El Novotel nos ofrece un kirsch de bienvenida, y a dos pasos, el restaurant Le Boeuf Gourmant la cena, harán las veces de nuestros "petits châteaux XXI siècle" de estos días.
El Novotel nos ofrece un kirsch de bienvenida, y a dos pasos, el restaurant Le Boeuf Gourmant la cena, harán las veces de nuestros "petits châteaux XXI siècle" de estos días.
Al día siguiente empezará nuestro encuentro con la Loire, el río tranquilo, en cuyas orillas se levantan tantos castillos rodeados de murallas, entre los bosques, reflejándose en sus aguas. Testigos de la Historia de Francia.
Carmen Glez Teixeira
Carmen Glez Teixeira
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