martes, 20 de noviembre de 2018

El poeta del hormigón agasajado en París

Tadao Ando. Foto Nobuyoshi Araki/ Iglesia de la Luz.
 Foto de Mitsuo Matsuoka
"Hace cuatro años me quitaron el bazo, la vesícula y el canal biliar..." El hombre enjuto vestido de arquitecto (pantalón negro, cisne negro, americana negra, deportivas negras con suela blanca) es Tadao Ando, 77 años. "...así que mi conferencia podría titularse Los cinco órganos que no sirven para nada. Cuando le pregunté al cirujano si conocía gente viva sin páncreas, me dijo que sí pero que ninguno con buena salud". Desde entonces, Ando deja de trabajar 40 minutos para comer  y camina 10.000 pasos al día. La voluntad de vivir es importante, le dijeron. Por eso, la retrospectiva se titula El desafío y en la entrada hay una manzana verde que simboliza la aspiración de Tadao cuando tenía 20 años. "Las ganas de vivir. La juventud no es una edad, es un estado mental". "En diciembre de 2015, vengo a París, llamo a Pinault y me dice: ¿Todavía estás vivo? pues si estás aquí y estás bien, vamos a seguir trabajando juntos". Pinault, François, una fortuna de 22.000 millones según Forbes. Dueño de un imperio de marcas como Puma, Balenciaga, Gucci e Yves Saint Laurent. Se casó con Salma Hayek en el Palacio Grassi, que para eso es suyo. En esa misma Venecia, Ando metió un cubo de hormigón dentro de la Punta della Dogana, la Aduana triangular. Para exponer la colección de arte de Pinault. Ambos habían fracasado juntos en el intento de transformación de la isla Séguin en sede de la fundación artística del magnate. 
Por eso Ando recibió el encargo de transformar la Bolsa de Comercio, un edificio circular de 1889 que cierra la explanada de Les Halles. Albergará los picassos, mirós y demás compañía de Pinault. Es casi el último desafío de Ando. Un cilindro de hormigón visto de 30 metros de diámetro y nueve de alto dentro de la monumental tarta de la Bolsa. Arriba, bajo la cúpula, exposición. Abajo, hall. Más abajo, auditorio.
"Siempre he utilizado el hormigón. Todo el mundo usa ese invento francés pero yo quiero crear un espacio que nadie más sea capaz de crear. Quiero hacerlo con un material al alcance de cualquiera. Sólo con ayuda de la geometría y de las dimensiones"
La impresionante maqueta de la Bolsa está al final de la exposición. Hay otras 69. Y 180 dibujos. Que recorren 50 proyectos del Pritzker en 1995...
Iñaki Gil. París. El Mundo,miércoles 31 de octubre de 2018

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