sábado, 17 de noviembre de 2018

Viaje al lugar donde murió el último soldado

Augustin Trébuchon, el último soldado
 El lugar exacto donde murió el soldado Augustin Trébuchon, el 11 de noviembre de 1918, entre las 10.40 y las 10.50 de la mañana es una incógnita. Se sabe que sucedió entre el ferrocarril y el río. También que Trébuchon murió de un disparo en la cabeza y que fue el último francés caído en suelo francés durante la Primera Guerra Mundial. Diez minutos después, a las once, entró en vigor el armisticio: el alto al fuego que ponía fin a cuatro años de guerra infernal con la victoria de Francia y sus aliados y la derrota de Alemania. Ha pasado un siglo y hace frío esta mañana neblinosa en Vrigne-Meuse, el pueblo de 350 habitantes donde se desarrollaron las últimas hostilidades en el frente occidental. Pasa un TGV, el tren de alta velocidad. El alcalde, Jean Christophe Chanot, reconstruye hasta donde es posible aquellos últimos minutos del conflicto. "Este pueblo ha vivido muchos periodos de ocupación", reflexiona. "Estamos en el río Meuse: esto es un corredor de invasiones"...
Trébuchon era un campesino del centro de Francia que llevaba desde 1914 en la trinchera. En la noche del 9 al 10 de noviembre, los comandantes ordenaron cruzar el río Meuse. Era una frontera simbólica, dolorosa para los franceses. En la otra orilla se encontraba la aldea de Vrigne-Meuse, pero también Sedan, a 10 kilómetros de aquí y escenario, 48 años antes, de la gran batalla de la guerra franco-prusiana, que costó a Francia la pérdida de Alsacia y Lorena.
El mariscal Foch, jefe aliado, y los emisarios alemanes firmaron el armisticio a las 5.15 del 11 de noviembre. En la ribera del Meuse, la refriega se prolongó hasta que a las once cuando sonó la corneta que anunciaba que la guerra quedaba en suspenso. Por diez minutos, Trébuchon habría vivido. ¿Muerte absurda? ¿Heroica?
"Ningún soldado muerto por Francia ha tenido una muerte inútil. La calificaría más bien de dramática", dice la historiadora Carole Marquet-Morelle, directora del Museo de la Ardena, a 15 kilómetros de Vrigne-Meuse. La recuperación de Trébuchon concuerda con una tendencia a personalizar la historia, a darle nombre y apellidos...
Marc Bassets. El País, domingo 4 de noviembre de 2018

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