Augustin Trébuchon, el último soldado |
Trébuchon era un campesino del centro de Francia que llevaba desde 1914 en la trinchera. En la noche del 9 al 10 de noviembre, los comandantes ordenaron cruzar el río Meuse. Era una frontera simbólica, dolorosa para los franceses. En la otra orilla se encontraba la aldea de Vrigne-Meuse, pero también Sedan, a 10 kilómetros de aquí y escenario, 48 años antes, de la gran batalla de la guerra franco-prusiana, que costó a Francia la pérdida de Alsacia y Lorena.
El mariscal Foch, jefe aliado, y los emisarios alemanes firmaron el armisticio a las 5.15 del 11 de noviembre. En la ribera del Meuse, la refriega se prolongó hasta que a las once cuando sonó la corneta que anunciaba que la guerra quedaba en suspenso. Por diez minutos, Trébuchon habría vivido. ¿Muerte absurda? ¿Heroica?
"Ningún soldado muerto por Francia ha tenido una muerte inútil. La calificaría más bien de dramática", dice la historiadora Carole Marquet-Morelle, directora del Museo de la Ardena, a 15 kilómetros de Vrigne-Meuse. La recuperación de Trébuchon concuerda con una tendencia a personalizar la historia, a darle nombre y apellidos...
Marc Bassets. El País, domingo 4 de noviembre de 2018
No hay comentarios:
Publicar un comentario