Exposición de Léger en el IVAM |
A partir de entonces y también bajo la influencia de Picasso y Braque, Léger (1881-1955) desarrolló un cubismo muy personal de gran colorido y de una temática muy personal, las máquinas, obsesión que compartía con los futuristas italianos. Pero sus hombres y mujeres tubulares y sus máquinas antropomórficas estaban dotadas de una mirada humanista que nunca abandonó. Ni cuando luchó en las trincheras y sufrió los desastres de la Primera Guerra Mundial, los solados robóticos que luego pintó estaban desprovistos de empatía.
No en vano Léger fue un pintor de lo social, siempre preocupado por reflejar lo colectivo, el trabajo colaborativo, con cierto optimismo. "Quiere apelar y atraer a la gente normal y corriente. Gente fabricando coches, albañiles trabajando. Quiere primar al sujeto, a la colaboración entre las personas y por eso este es un buen cuadro para la introducción de su obra", explicó ayer Darren Pih, cocomisario, junto a Laura Bruni, de la exposición Fernand Léger y la vida moderna, que se inaugura hoy en el Institut Valenciá d'Art Modern (IVAM).
Con un gesto con la cabeza señaló a su espalda el lienzo Étude pour Les Constructeurs: l'équipe au repos, de 1950, en el se representa un grupo de albañiles. "Vemos trabajadores de la construcción, vemos cuerpos humanos, aunque también la existencia de otros elementos, metales, cosas orgánicas, plantas, tierra. Jugaba con lo biomórfico para reflejar la simbiosis entre el ser humano y las máquinas, quería transmitir ese mensaje comunista de que la unión hace la fuerza", añade el comisario. La exposición, compuesta por un centenar de obras, está organizada por el IVAM y la Tate Liverpool, donde ya se ha visto, y es uno de los platos fuertes de la programación del museo valenciano para el 30º aniversario de su apertura...
Ferran Bono. Valencia. El País, viernes 3 de mayo de 2019.
Con un gesto con la cabeza señaló a su espalda el lienzo Étude pour Les Constructeurs: l'équipe au repos, de 1950, en el se representa un grupo de albañiles. "Vemos trabajadores de la construcción, vemos cuerpos humanos, aunque también la existencia de otros elementos, metales, cosas orgánicas, plantas, tierra. Jugaba con lo biomórfico para reflejar la simbiosis entre el ser humano y las máquinas, quería transmitir ese mensaje comunista de que la unión hace la fuerza", añade el comisario. La exposición, compuesta por un centenar de obras, está organizada por el IVAM y la Tate Liverpool, donde ya se ha visto, y es uno de los platos fuertes de la programación del museo valenciano para el 30º aniversario de su apertura...
Ferran Bono. Valencia. El País, viernes 3 de mayo de 2019.
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